La reforma horaria
Salir de la crisis es mucho más que vislumbrar tendencias o recuperar ciertos indicadores. Nuestra crisis tiene una parte de estructural que provoca que ni en las épocas de mayor bonanza podamos tener una economía sana que cree la vez valor económico y social, que fomente el pleno empleo y reparta satisfactoriamente la riqueza. Pero si debatimos sobre las muchas causas de un modelo que siempre encuentra techos en su máxima expansión, no podemos dejarnos aquéllas relacionadas con la gestión del tiempo, porque es este el factor que nos limita seriamente la productividad, junto a la poca inversión en I+D.
Las inversiones y las infraestructuras son fundamentales, pero por más que tuviéramos, no podríamos sacar de ellas todo el rendimiento por causa de otra infraestructura a menudo menospreciada: el uso laboral y social del tiempo. Somos latinos y mediterráneos, dados a disfrutar del paso de las horas, pero sobre todo somos herederos de una anomalía política operada hace 70 años y que trastocó los horarios de los que dispone el resto de Occidente.
Estos horarios impactan contra la productividad de las empresas, la salud de las personas y la calidad de vida de las familias. En una economía globalizada, en medio de esfuerzos para salir de la crisis, con una sociedad agotada que pierde las energías vitales intentando cuadrar horarios y dar sentido a la vida, ya es la hora de plantearlo como un gran reto social y empresarial. Y en este sentido, entronca perfectamente con parte del análisis y los postulados de la responsabilidad social.
Algunas empresas hace años que buscan la manera de facilitar la conciliación. Ahora hay que apuntar más alto y no limitarse a horarios laborales sino a sumarse a un reto de mayor alcance en la responsabilidad que las organizaciones tienen para con la sociedad. Hablamos de contribuir a cambiar los horarios de la sociedad. Gran reto que tiene más de cambio cultural que no de una mera y también necesaria modificación del huso horario.
Es necesario que una gran mayoría tomemos conciencia de que el cambio es muy necesario y de que, además, es urgente. Como dice Fabián Mohedano, promotor de la Iniciativa para la Reforma Horaria, ésta ha nacido precisamente para no diferir más en el tiempo un reto demasiado importante para las personas y para las empresas. Tenemos un objetivo y tenemos una fecha. Y hace poco se celebró la Semana de los Horarios para ir aumentando la implicación y facilitar que, ahora sí, esto vaya en serio.
Josep Maria Canyelles
Coordinador de Respon.cat
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