En un contexto como el actual, de crisis económica y constantes políticas de adelgazamiento sobre las organizaciones y las personas que trabajan, puede ser un buen momento para recuperar el concepto teletrabajo y fomentar su implantación en las organizaciones. Y es que quizás en un escenario de situación económica adversa, las ventajas que proporciona el teletrabajo se acentúan más que nunca.
El teletrabajo es una medida de flexibilidad laboral interna, de relativo bajo coste y que además permite reducir algunos costes, que veremos más adelante, en las organizaciones. Pero sobre todo, el teletrabajo puede ser un buen instrumento para motivar al personal, una manera de captar y retener el talento de la organización y, en consecuencia aumentar la productividad. Y en un contexto como el actual, hablar de motivación del personal tiene más sentido que nunca. Está demostrado que las empresas que aplican el teletrabajo están de acuerdo en que incide de forma positiva en la eficiencia de la empresa pero sobre todo en la retención del talento. Los trabajadores/as sufren menos estrés y se sienten más motivados.
Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han provocado cambios en la organización del trabajo tradicional y en las relaciones laborales contribuyendo a desarrollar las herramientas principales para nuevos modelos de gestión. El teletrabajo se inscribe dentro de estos cambios organizativos, concretamente, en una nueva gestión de los recursos humanos de las organizaciones donde prima: la confianza, la iniciativa del trabajador/a, la flexibilidad en la distribución de su tiempo laboral y la orientación al trabajo por resultados haciendo un uso intensivo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en las tareas del puesto de trabajo. El teletrabajo es un instrumento de modernización y racionalización en la gestión de los tiempos de trabajo y, por ello, se enmarca dentro de las políticas públicas de nuevos usos del tiempo.
Encontramos una definición oficial del teletrabajo en el Acuerdo Marco Europeo sobre el teletrabajo, de 16 julio de 2002, que lo define como: "una forma de organización y/o realización del trabajo, que utiliza las tecnologías de la información en el marco de un contrato o de una relación de trabajo, en el que un trabajo que podría ser realizado igualmente en los locales de la empresa se efectúa fuera de estos de forma regular ".
La novedad que aporta esta definición, con lo que ya hemos mencionado, es la de recordar que el teletrabajo es una prestación de trabajo que se constituirá como una relación laboral específica y, por tanto, debe incluirse en un contrato donde se estipulen las condiciones laborales del teletrabajador/a.
El incremento del uso del teletrabajo en la Unión Europea ha sido del 16% en 2003 al 23% en 2006. Esto es más de un 2% anual, según datos del pasado junio publicadas en el Libro Blanco del Teletrabajo en España (Fundación Más Familia). A pesar de su crecimiento, la presencia de esta práctica en nuestro país, a pesar de haber experimentar un ligero aumento en los últimos años, es todavía escasa. Así de otros datos incluidos en el Libro Blanco nos señalan que la posición de España en relación al uso del teletrabajo en comparación con la Europa de los 27 es del 8,5%. O que sólo un 26% de los españoles/as, realizando algún tipo de trabajo desde casa, mientras que en Europa la media es de un 35%. Y si nos comparamos con EEUU las cifras se disparan: en 2008 el 58% de la población trabajadora de EE.UU. teletrabajaba.
Hasta el momento, nos hemos centrado en las bondades del teletrabajo como medida de motivación del personal empleados embargo, el teletrabajo también implica otros beneficios. A continuación, se enumeran algunos de los principales beneficios de esta nueva forma de trabajo desde el punto de vista del teletrabajador/a, de la organización y de la sociedad en general:
Beneficios para el trabajador/a:
· Flexibilidad horaria y reorganización del tiempo de trabajo (superación de la cultura de presencialidad).
· Mejor gestión del tiempo propio que favorece la conciliación de las responsabilidades personales y profesionales.
· Orientación de la persona teletrabajadora hacia la obtención de resultados.
· Reducción del tiempo invertido en desplazamientos diarios y otros gastos derivados de la actividad profesional, además de la reducción riesgos de accidentes.
· Incremento de la motivación y la productividad y de la calidad del trabajo: posibilidad de trabajar en las horas en que se es más productivo
· Mejor aptitud para resolver problemas y de desarrollo de la capacidad de innovar.
· Mejora del estado de salud y de la calidad de vida del trabajador/a por una mejora en la gestión del tiempo propio
· Aumento de las posibilidades de trabajo para diferentes colectivos con necesidades especiales de movilidad.
Beneficios para la organización:
· Aumento del compromiso con sus trabajadores / as: facilidades para la conciliación laboral y personal, retención y atracción de talento, etc.
· Reducción del absentismo y del número de bajas laborales y el absentismo (los trabajadores gozan de más salud física y psíquica, se elimina parte del riesgo de accidente).
· Oportunidad para reorganizar los procesos de trabajo, redefinir los objetivos y los resultados esperados y mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios prestados
· Oportunidad para cambiar los sistemas de evaluación del rendimiento del trabajo orientados a la consecución de objetivos.
· Oportunidad de mejora de la productividad, de la eficacia y de la competitividad
· Oportunidad de inserción laboral para colectivos con necesidades especiales.
· Aumento de los beneficios económicos y ambientales en limitar el tiempo presencial en la organización: ahorro en material de oficina, descongestión de espacios y equipamientos, ahorro de energía, etc., sin que ello suponga una reducción en la prestación de los servicios directos al público.
· Desarrollo de procesos de descentralización de la empresa y la territorialización de los servicios (reequilibrio territorial).
Además, en el caso de Administración:
· Expansión de la administración electrónica.
· Efecto ejemplificador de la Administración hacia el mundo privado.
Beneficios para la sociedad:
· Mejoras medioambientales: disminución de la contaminación atmosférica y acústica, ahorro en el consumo de energía, entre otros
· Mejor atención a personas con dependencia / problemas de movilidad
· Aprovechamiento de las TIC como motor de competitividad y de la innovación
· Cambio de paradigma de trabajo basado en resultados
Además, en el caso de la Administración:
· Expansión de la Administración electrónica y del potencial de las TIC.
Además de estos beneficios, en el contexto actual también se dan una serie de factores favorables al impulso del teletrabajo, como por ejemplo:
- El aumento del interés por la Responsabilidad Social Corporativa (RSC): entendida como la integración voluntaria por parte de las empresas de las preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones comerciales y en las relaciones con sus interlocutores. El teletrabajo se puede incluir como una medida de RSC interna de las organizaciones (preocupación lleno bienestar de su plantilla). La RSC es valorada como un factor de excelencia y de competitividad para las empresas.
- La actual situación económica: tal y como hemos señalado al principio de este artículo, implementar el teletrabajo en un contexto de crisis es una ventaja. Se trata de una medida de poco coste y que permite reducir importantes costes a la organización, y además hace aumentar la motivación del personal e, indirectamente, la productividad de la empresa.
- La economía globalizada y el trabajo en red: hemos pasado de la economía industrial a una economía basada en el conocimiento y globalizada, donde la competencia se debe afrontar mediante la innovación. Si queremos ser productivos en un mundo cada vez más globalizado se debe apostar por la cultura de la eficiencia buscando la excelencia y el talento del capital humano.
- Perfiles profesionales orientados a objetivos: en las empresas cada vez están más presentes perfiles profesionales basados en un uso intensivo de las TIC y que trabajan por proyectos, con objetivos concretos. Las tareas de estos perfiles son fácilmente susceptibles de teletrabajar
No obstante, cabe recordar que la implementación del teletrabajo no está exenta de algunos retos como por ejemplo: la arraigada valoración de la cultura presencialista en nuestra sociedad o el sentimiento de desvinculación del equipo de trabajo que puede vivir el teletrabajador / a en no estar presente diariamente en la oficina A nivel más práctico, una vez implentat el teletrabajo, puede implicar algunos retos como lidiar con los archivos informáticos y su seguridad o cómo abordar los riesgos laborales fuera de la oficina.
En definitiva el teletrabajo implica un cambio de mentalidad en la mayoría de las empresas donde la planificación y la evaluación por objetivos se convierten en primordiales. El teletrabajo es un proyecto estratégico y como tal, la dirección de la organización debe asumirlo como compromiso, además de los recursos humanos y los comités de empresa.
Esther Sánchez i Ledesma
Análisis y gestión de políticas sociales
esther.sl78@gmail.com
@EstherSl78
20 de noviembre de 2012