"Pensar en términos de pymes"
. Artículo de Josep Maria Canyelles sobre la gestión de las PYMES publicado en la revista EVOLUCIÓN de IARSE (Argentina)
La revista original se puede consultar en
ISSU o en
PDF.
Una previa. Cuando se habla de RSE parece que hay un momento en que se debe hacer un espacio para sacar la existencia también de las pymes y matizar que el enfoque de RSE de debe de adecuar a su realidad. Con mayor atrevimiento, a veces articulamos un discurso según el cual lo que deberíamos hacer
es ni más
ni menos que pensar en términos de pymes, dado que son la inmensa mayoría, y
después hacer la excepción o el matiz para las grandes. Me sitúo en esta
segunda opción, más cuando observo como muchas pymes desarrollan con gran naturalidad el enfoque RSE.
Hay algo... En la parte de mi día a día que me dedico a hacer consultoría, tengo
la fortuna de poder trabajar con organizaciones de tamaños muy distintos. En
general, se puede apreciar un diferencia en el trabajo con la gran empresa y
con la pyme: hay algo... Cuando en la gran empresa se aborda este enfoque de gestión
es porque se ha decido, hay razones y cálculos. En la pyme también pero el
factor cultural e incluso intuitivo afecta más. En esa pyme comprometida se da
una alineación entre los valores de la propiedad y los valores de la empresa, y
eso provoca que haya algo... Ya lo tengo! Autenticidad!
Efectivamente se huele un sentido del compromiso más integral. No debe ser
entendido como una crítica a nadie sino lo contrario, un factor positivo y
distintivo para muchas pymes.
El descubrimiento. De hecho, la forma en que sus propietarios/as y directivos/as gestionan las PYMES ya suele ir acompañado de una gran dosis de responsabilidad: tratan bien a sus clientes y sus socios comerciales, se preocupan del equipo, procuran que su empresa se comporte
como un 'buen ciudadano' dentro de la comunidad local y, de manera creciente,
tienen un respeto por el medio ambiente. El gran salto se produce cuando este empresario/a
descubre que este comportamiento responsable puede ser una gran estrategia de
creación de valor y de posicionamiento, y que , más allá del necesario
cumplimiento de las normas legales y la minimización de riesgos y litigios de
futuro, le aporta la oportunidad de crear lazos de confianza con sus grupos de
interés.
La actitud. Cuanto más pequeña es una empresa -podemos
llegar a las microempresas o incluso a los autónomos- vemos que ese sentido de
compromiso hacia la sociedad, se basa en una actitud, una manera de estar, una
manera de relacionarse. Las empresas más grandes deberían hoy aprender mucho de
esa actitud y recuperar la capacidad de dialogar, de convertir cada interacción
comercial en un diálogo y éste en una fuente de conocimiento, mejora e
innovación. La RSE necesita una actitud, no sólo una declaración de valores
corporativos en el web. No podemos pasar de los valores corporativos a la
memoria corporativa sin una actitud corporativa. Con menos aspavientos, ahí la
pyme suele ser mejor.
Gestión. Pero la actitud -absolutamente fundamental- no nos basta para hablar de
RSE. Hace falta pasar de la actitud a la gestión, porque sólo una gestión
sistematizada nos permitirá asegurar el paso de los compromisos a los
resultados, y ahí a veces la empresa pequeña falla porque deja este espacio de
planificación a la intuición e improvisación. Ahí se ve cómo las empresas bien
gestionadas, sean pequeñas o grandes, con sistemas de gestión estructurados,
son las que pueden integrar la RSE en su gestión sin que les sea un esfuerzo
desmesurado. Las pymes bien gestionadas van integrando la RSE, las empresas que
han buscado durante años la excelencia de gestión ahora también buscan la
excelencia social, y no es relevante la dimensión de la empresa. Si sólo hay
actitud sin gestión no podemos hablar de RSE. A menudo el reto no es que
gestionen la RSE sino que mejoren su gestión en general: la RSE ya llegará con
la buena gestión cuando hay la actitud. Algunas empresas grandes tienen una RSE
integrada pero poco integral, mientras algunas pymes tienen una RSE integral
pero poco integrada.
Valor compartido. Por ello, la pyme necesita una metodología
que le sea próxima, que la pueda integrar con facilidad, y que sirva para
asegurar unos resultados a partir de unos valores y un modelo de gestión, aportando
herramientas para el desarrollo organizacional que permita mejorar la capacidad
de respuesta a un entorno cambiante. La metodología les debe permitir
equilibrar la integración de los cinco vectores de la sostenibilidad en un
modelo de gestión de la complejidad apto para crear valor, no como
meramente una imposición del entorno sino como una nueva capacidad para formular
el modelo estratégico a partir de nuevas capacidades, nueva generación de
confianzas, nuevos modelos de producción e innovación, nuevas propuestas de
valor. A menudo, la pyme, que no suele tener una gran presión de los
stakeholders, incorpora la RSE con una orientación estrechamente vinculada al
modelo de empresa.
Emprendeduría. El concepto de sostenibilidad definitivamente se
incorpora al mundo de la gestión empresarial y en la forma en que se concibe el
papel de la empresa en el siglo XXI, y se relaciona no sólo con los impactos en
el entorno sino también con la sostenibilidad del mismo proyecto empresarial. Más
allá del legítimo interés particular de generar ventaja competitiva, el
compromiso por parte de las PYMES, aporta externalidades muy positivas como la
cohesión de la sociedad, el fortalecimiento del tejido empresarial local y la
creación de riqueza para el conjunto de la comunidad. Y un detalle nada
despreciable en según qué contexto: la dignificación de la figura empresarial,
los emprendedores, empresarios y empresas. Los nuevos emprendedores/as ya deben
hacer nacer empresas con el ADN de la RSE inserto en su propia misión, valores
y visión.
Permítanme que les
invite a mi perspectiva con tres ejemplos donde he estado involucrado:
1. El programa tRanSparÈncia (Consell de Cambres de
Comerç de Catalunya), pionero en el mundo, orientado a la gestión de la cadena
de provisión, con el apoyo de GRI. 11 empresas grandes invitaron a 64 pymes
catalanas de sus cadenas para empezar a gestionar su RSE. --> A veces las
pymes necesitan un impulso y un reconocimiento desde su cadena de valor.
2. La iniciativa Penedès · Destino Turístico Responsable,
aplicando el modelo de Territorio Socialmente Responsable al sector turístico,
ha permitido que 20 microempresas y pymes de subsectores turísticos
(alojamiento, bodegas, transporte, deporte, comercio, eventos, museos...) hayan
empezado a gestionar la RSE con un orientación al territorio, a las alianzas,
al sector... --> A veces las pymes necesitan un impulso y un reconocimiento
desde su sector y territorio.
3. La iniciativa respon.cat, iniciativa empresarial para
el desarrollo de la RSE en Cataluña, una organización como hay en muchos
países, pero que ha tiene una membresía casualmente al 50% para pymes y
grandes. -->; A veces las pymes tienen que tomar la conciencia de que no
tienen que sentirse menores ante las grandes cuando nos referimos a RSE.
En la nueva
sociedad la responsabilidad ha convertido en un activo central de las
competencias esenciales y muchos empresarios pequeños y medianos pueden sentirse
muy cómodos y bien posicionados. Pero debemos encontrar la manera de apoyarlos
con sentido. Por ejemplo -y relacionándolo con los ejemplos que he anotado- a menudo se encuentran más cómodos en modelos
de gestión vinculados a una cadena, a un sector o bajo un modelo de territorio
socialmente responsable. Y dándoles oportunidad de liderar por ellos mismos,
con poco paternalismo y poniendo el foco en los liderazgos existentes en pymes
reales y de éxito.
Josep Maria
Canyelles
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