15.1.11

Contra el pessimisme / Contra el pesimismo

[ca] Volem demanar-vos la lectura d'aquest article del periodista Rafael Nadal a la Vanguardia. Si bé fa referència a Catalunya, el missatge de fons del que transmet és vàlid arreu. Tenim molts actius com a país, i els hem de posar al servei del desenvolupament, però si ens quedem atrapats en el pessimisme no tindrem energies per tirar el país endavant. Aquest és un missatge per a polítics, per a empresaris, per a emprenedors, per a tots els ciutadans... [continuem la reflexió després de l'article]

[es] Queremos pedir-les la lectura de este artículo del periodista Rafael Nadal en la Vanguardia. Si bien hace referencia a Cataluña, el mensaje de fondo de lo que transmite es válido en general. Tenemos muchos activos como país, y los tenemos que poner al servicio del desarrollo, pero si nos quedamos atrapados en el pesimismo no tendremos energías para sacar el país adelante. Este es un mensaje para políticos, para empresarios, para emprendedores, para todos los ciudadanos... [continuamos la reflexión después del artículo]
Contra el pesimismo
14/01/2011
RAFAEL NADAL

Hemos entrado en el 2011 con un montón de buenos propósitos y los peores augurios: según los profesionales del catastrofismo, los próximos doce meses serán los más negros de la crisis y Catalunya se hundirá sin remedio en las aguas tempestuosas de un mundo cruelmente global y competitivo. No estoy de acuerdo.

Pese a todas las campañas de desprestigio, hay una Catalunya que vende: desde que la imagen de Pep Guardiola ocupa la mayoría de los espacios publicitarios del paseo de la Castellana de Madrid, incluidas las vallas situadas a la puerta del mismísimo estadio Santiago Bernabeu, el Banc Sabadell ha incrementado en un 50% el número de sus clientes en la capital de España. El fenómeno se ha repetido en todas las comunidades autónomas y ha supuesto para la segunda entidad financiera catalana 250.000 nuevos clientes particulares.

Hay una Catalunya que cuenta: varios líderes catalanes han sido reclamados por sus colegas de toda España para ocupar puestos clave en la elaboración de estrategias contra la crisis: Isidre Fainé fue elegido en abril presidente de la Confederación de Cajas de Ahorros; Isak Andic, del Instituto de la Empresa Familiar (octubre), y Joan Rosell acaba de situarse al frente de la patronal española (diciembre). Y en un terreno distinto, pero no por ello menos significativo, el catedrático José Manuel Blecua ha sido elegido nuevo presidente de la poderosa Real Academia Española (un acontecimiento, por cierto, que el flamante Govern de Catalunya debería celebrar de forma desacomplejada).

Hay una Catalunya que prepara el futuro con ambición: la revista Nature ha situado a Barcelona como el mejor centro de producción científica de España y del sudoeste europeo. No hablamos sólo de organismos punteros en el terreno de la biomedicina y la biotecnología, como el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona, sino de un excelente sistema hospitalario que investiga y practica la cirugía más innovadora, en parte porque la cirugía corriente ya la cubren los hospitales de proximidad. Es difícil no creer en el futuro de un país en el que los nombres de algunos médicos son casi tan populares como los de los deportistas y los cocineros: Josep Baselga, Joan Massagué, Pedro Alonso, Valentí Fuster, Manuel Esteller y tantos otros que investigan a caballo entre Barcelona y Estados Unidos.

Hay por fin una Catalunya que funciona y que exporta: sobre todo algunos sectores industriales como material de transporte (incluyendo el automóvil), material eléctrico, alimentación y química, que lideran con incrementos de dos dígitos las exportaciones a mercados que han retomado la senda del crecimiento. Se trata de sectores que ya hicieron sus deberes, algunos desde la crisis de 1993 y otros desde que en otoño del 2001 –con el cierre de Lear– tomaron conciencia de los riesgos globales.

Todos ustedes podrían añadir otro nombre, otra empresa u otra circunstancia positiva a esta lista improvisada: el Institut de Ciències Fotòniques, que dirige Lluís Torner; el descenso casi milagroso de las muertes por accidentes de tráfico; la aparición de grandes mecenas, que dotan generosamente algunas fundaciones para la investigación; las webs de turismo y de servicios bancarios; las primeras pruebas del sincrotrón de Cerdanyola; la gira que Joan Manuel Serrat comienza en México con todas las entradas vendidas; las empresas Spamina, Matriz Search, Zynero, Pasword Bank, The Chanel y Userzoom, ubicadas en Silicon Valley, California, todas ellas de capital catalán; Esade Creápolis; la marca Turisme de Barcelona; la cooperativa de Capçanes, que se ha convertido en el embotellador más prestigioso de vino kosher y exporta a cien países hasta un 70% del millón de botellas que produce anualmente.

Sagetis Biotech, un proyecto empresarial impulsado desde el Institut Químic de Sarrià, que en diez años espera tener a punto unas cápsulas diminutas capaces de cruzar la barrera hematoencefálica con el objetivo de introducir fármacos en el cerebro; Ferran Adrià, que pese a haberse convertido en el indiscutible mejor cocinero del mundo de la última década, despide el formato actual de El Bulli para reinventarse en un nuevo taller de experimentación; el teatro catalán, que tiene obras representándose simultáneamente en veinte países; el juego preciosista, elegante y rapidísimo de los jugadores del Futbol Club Barcelona; el sacrificio y la solidaridad que exhiben los mismos jugadores al presionar al equipo contrario cuando no tienen en su poder la pelota.

Esta es la Catalunya en la que deben inspirarse Artur Mas y la oposición para planificar una acción de gobierno concertada para sacarnos de la parálisis en los próximos cuatro años: una Catalunya de emprendedores y trabajadores que cuando la política todavía negaba la crisis ya se había puesto manos a la obra para hacerse más ágil, capitalizarse, mejorar su formación e incrementar el valor añadido de sus productos.

–President, ¿qué diría que funciona bien en Catalunya? –interpelé a Jordi Pujol hace unos días en el Parlament.

El ex president, que tiene en internet listas exhaustivas de toda clase de activos de Catalunya, y que en los últimos días me ha inundado de correos electrónicos con documentación positiva, me miró sólo un segundo a los ojos, esbozó una sonrisa y respondió sin vacilar: –La Marató de TV3.

[ca] Catalunya es va saber aixecar després de la derrota militar del 1714 contra les tropes castellanes, posant-se a treballar per refer el país. Després de cada derrota hem sabut recol·locar les peces, hem sabut jugar amb els nostres actius per combinar-los assenyadament perquè poguessin crear valor en les noves conjuntures. Les nostres vicissituds històriques, combinades amb un caràcter segurament mil·lenari basat en l'esforç i el negoci, ens ha conferit un tremp, un tarannà, una capacitat de supervivència, un sentit emprenedor.

Davant els reptes que tenim per davant (com a país i com a humanitat) hem de saber partir de l'inventari els nostres actius i també de les amenaces. Tocar de peus a terra vol dir disposar del nostre DAFO nacional, en el qual tots els perills i les amenaces, per més reals que siguin, no poden ocultar les fortaleses i les oportunitats. Les persones, els grups i les societats som com som i, si sols focalitzem allò negatiu i amenaçador, podem quedar immobilitzats per la por, sense capacitat de reacció, sense el coratge i la iniciativa necessària.

A l'article de Nadal encara hi podríem afegir molts altres elements. Ara mateix podríem parlar de l'excel·lent moment del cinema català, de la literatura catalana, dels grups de música en català. I de les empreses que van endavant. I de les empreses que estan desenvolupant-se amb intel·ligència i èxit incorporant un enfocament de responsabilitat social.

Jordi Pujol, en un context postnadalenc, exemplifica el que funciona: la Marató. Efectivament, la Marató és un exemple de la capacitat de sumar esforços, construir valors positius, i fer-ho de manera que creï valor per a la societat i per al país. És un exemple de col·laboració sector públic - sector privat - sector social. I és un exemple més, en un àmbit molt concret, d'un èxit fet des dels valors positius.


[es] Cataluña se supo levantar tras la derrota militar de 1714 contra las tropas castellanas, poniéndose a trabajar para rehacer el país. Después de cada derrota hemos sabido recolocar las piezas, hemos sabido jugar con nuestros activos para combinarlos sensatamente para que pudieran crear valor en las nuevas coyunturas. Nuestras vicisitudes históricas, combinadas con un carácter seguramente milenario basado en el esfuerzo y el negocio, nos ha conferido un temple, un talante, una capacidad de supervivencia, un sentido emprendedor.

Ante los retos que tenemos por delante (como país y como humanidad) tenemos que saber partir del inventario nuestros activos y también de las amenazas. Tocar de pies en el suelo significa disponer de nuestro DAFO nacional, en el que todos los peligros y las amenazas, por más reales que sean, no pueden ocultar las fortalezas y las oportunidades. Las personas, los grupos y las sociedades somos como somos y, si sólo enfocamos lo negativo y amenazador, podemos quedar inmovilizados por el miedo, sin capacidad de reacción, sin el coraje y la iniciativa necesaria.

En el artículo de Nadal aún podríamos añadir muchos otros elementos. Ahora mismo podríamos hablar del excelente momento del cine catalán, de la literatura catalana, los grupos de música en catalán. Y de las empresas que progresan. Y de las empresas que se están desarrollando con inteligencia y éxito incorporando un enfoque de responsabilidad social.

Jordi Pujol, en un contexto postnavideño, ejemplifica lo que funciona: la Marató de Televisió de Catalunya. Efectivamente, la Marató es un ejemplo de la capacidad de sumar esfuerzos, construir valores positivos, y hacerlo de manera que cree valor para la sociedad y para el país. Es un ejemplo de colaboración sector público - sector privado - sector social. Y es un ejemplo más, en un ámbito muy concreto, de un éxito hecho desde los valores positivos.