21.4.10

No hace falta venir con abogado

Nos gustaría proponer la lectura de este artículo del abogado y amigo Lluís Guxens, titulado "No hace falta venir con abogado", publicado en el Diari de Vilanova. En és, aporta una reflexión sobre la mediación y la abogacía que da para pensar.

SI SOU SERVITS. 16-04-2010.

NO HACE FALTA VENIR CON ABOGADO

Hay una tendencia visible a crear centros, organismos y oficinas de mediación. Se dice pasen ustedes por la mediación y eviten acudir a los Juzgados. En resumen, me parece que es la dimisión del Estado de su obligación de administrar justicia. Dispensen pero si esto es un estado de derecho, el ciudadano que tiene un conflicto tiene también, originariamente, el derecho de obtener una resolución de un juez. Pero no vale decir: como la administración de justicia está en estado constante de colapso, tiramos de la conciliación. ¿No sería preferible aumentar el presupuesto en justicia y conseguir unos juzgados que funcionaran con un mínimo de celeridad?

Si usted se quiere divorciar y presenta una demanda, por ejemplo, el Juzgado le da día y hora ... para acudir al centro de mediación. En este centro, lo primero que le dicen es que no es necesario que vaya con abogado. Curiosa manera de conciliar intereses contrapuestos. Sin asesoramiento de un profesional, ¿nadie ve el peligro que se imponga la parte más fuerte, o más informada, o más hábil?

El montaje de este tipo de mediación parte de una gran desconfianza en la figura del abogado. El abogado estorba. Saquémoslo del medio. Dejemos que el juego libre de las partes llegue a un acuerdo. El abogado tiene tendencia a enredarlo todo. Esta es una concepción arraigadamente franquista del abogado. ¿Debe ir a declarar en comisaría? No es necesario ir con abogado, si será un momento, sólo confirmar unos datos. Y usted salía con unos cuantos golpes y una declaración autoinculpatorias convenientemente firmada.

Hay, no hace falta decirlo, abogados de todo tipo: buenos y malos, embaucadores y honestos, trabajadores y vagos, desinteresados y aquellos que sólo miran la pela. ¿Pero no participa de la misma humanidad el mediador? ¿Qué le hace pensar a usted que será una persona ecuánime que le garantizará un acuerdo equilibrado, alcanzado desde un plano de igualdad? ¿Qué confianza puede merecer alguien que le dice, de entrada, que no debe tener asesor para firmar un acuerdo con otra persona?

Un derecho fundamental, conseguido a base de una lucha secular, es el de la asistencia letrada cuando se declara en la policía o ante un juez. Hasta el punto que, si usted no nombra un abogado, la administración le nombra uno de oficio. Pero todo ciudadano declara con un abogado al lado. Y toda la ciudadanía tiene conciencia de que este es un derecho innegociable.

Pues bien, gracias oleada mediadora, se ha conseguido que usted no pueda declarar en comisaría sin abogado pero pueda acordar las medidas de su divorcio sin asesoramiento legal. ¿No les parece paradójico?
¿Y el abogado no interviene en la mediación? Sí. Como no se puede obviar totalmente la intervención del jurista para pasar por el juzgado (porque la mediación no le evita tener que volver al juzgado para que el juez dicte la sentencia correspondiente), al final el mediador lo llama para que pase a limpio lo acordado bajo la supervisión del mediador pero sin la intervención del abogado. El abogado convertido en un secretario al dictado del mediador sin ninguna función sustantiva. Una burla a lo que ha representado históricamente la figura del abogado en la lucha por el respeto de los derechos individuales de las personas.

¿Y qué formación tiene la figura del mediador? Pueden llegar a ser, según la propia Ley de mediación en el ámbito privado, los educadores sociales que, sin titulación universitaria, "pueden ser incluidos en los registros de mediadores si acreditan una formación específica homologada". Estén tranquilos, yo tampoco lo entiendo. Sólo intuyo una manga relativamente ancha para la administración homologue mediadores a conveniencia.
Miren, en mi opinión, sería mejor que todo el presupuesto dedicado a crear la mediación, se aplicara la administración de justicia. Que sea más eficaz. Que se cree el juez de barrio, conocedor de la realidad más cercana, con competencia sobre las cuestiones menores que muchas veces colapsan nuestros juzgados, y que los jueces con más galones puedan dedicarse a los asuntos de mayor profundidad.

Leo un dato: en Alemania hay un conjunto de 59.000 jueces. En España, con algo más de la mitad de su población, son 4.700.

Desconfíen de la abogacía, si quieren. O mejor dicho, si hay desconfianza en la sociedad respecto de este colectivo, es que algo debe hacer mal parte de este gremio. Pero no olviden algo importante: entre una administración con una tendencia cierta a la imposición de su criterio -Hacienda, policía, etc.- y usted; entre un banco que impone sus condiciones y usted; entre la ley física del más fuerte y usted, muchas veces sólo hay un abogado dispuesto a jugarse la toga por su libertad. Y un juez que hace de la independencia su herramienta de trabajo. Y quien dice libertad, dice patrimonio, o derechos laborales. Todo el Título Primero de los derechos fundamentales de la Constitución. Estas eran las reglas, hasta hace bien poco, de las sociedades civilizadas, libres y modernas. Todo lo demás son parches y excusas de una administración mal pagadora que no quiere hacer los deberes.

No renuncien, por favor, al derecho a tener derechos.

Lluís Guxens i Galofré

 El DIARI DE VILANOVA es un semanario independiente fundado en 1850 y decano de la prensa en el estado español. www.diaridevilanova.cat