La Vanguardia publica hoy un
monográfico sobre Responsabilidad Social Empresarial (RSE) con el título
"Las empresas se implican en el territorio", que incluye colaboraciones
de diferentes expertos.
El primer artículo plantea el reto de los "Territorios
responsables", firmado por Josep Maria Canyelles, socio de Vector5 | excelencia y sostenibilidad i promotor de Responsabilitat Global.
Canyelles conceptualizó hace más de diez años los territorios
socialmente responsables y ha contribuido a fomentar el desarrollo de
modelos de intervención.
Josep Santacreu, presidente de Respon.cat y consejero delegado de DKV Seguros, ocupa el espacio de la
entrevista, que lleva por título "la empresa debe tener en cuenta su
entorno social y territorial".
El monográfico aporta
informaciones diversas sobre buenas prácticas empresariales, como un
proyecto educativo sobre energía de la Fundación Repsol, de voluntariado
de CaixaBank, de educación a lo largo de la vida de la Fundación
Endesa, o de eventos, como la Semana de la RSC. También se informa de la
memoria integrada de Telefónica.
Las últimas páginas se dedican a
la Economía Circular. Se hace referencia al sector textil y la moda,
que incluye la opinión de Josep Maria Canyelles, se presenta el programa
Mares Circulares de Coca-Cola, un reportaje sobre "otra forma de
consumir es posible", y otro reportaje sobre los compromisos ambientales
de la escuela de negocios OBS.
El cierre del monográfico incluye
una entrevista a la experta Montserrat Llobet, impulsora de la
iniciativa Organizaciones y Calidad de Vida, con el título "la
responsabilidad social es contribuir a la calidad de vida de la
ciudadanía", y finalmente un artículo de Ignasi Carreras, de ESADE,
titulado "como la RSC puede ayudar a las pymes a crecer".
Aportamos el artículo de Josep Maria Canyelles:
Territorios socialmente responsables y excelencia
social de las empresas
Ya nadie a nivel de calle puede no tener
alguna noción sobre lo preocupante que resulta la situación en cualquiera
de los grandes vectores en los que las empresas generan impactos: ambientales,
sociales, laborales, económicos o de buen gobierno. Las encuestas de opinión
muestran que tendemos a trasladar de los gobiernos a las empresas la creencia
de quien es capaz de abordar los retos. Pero la complejidad de los retos hace
que ningún actor, ni público ni privado, los pueda abordar por sí solo.
Los problemas tienen causas
multifactoriales y sólo se les puede hacer frente sinérgicamente. Vemos
la multilateralidad como el nuevo orden, el cual pide la participación y
responsabilidad de cada una de las partes. Hay que superar un modelo en el que
los poderes públicos determinan unilateralmente y los administrados obedecen
buscando los resquicios legales. Hace falta una mayor inteligencia social a la
hora de orientarse al bien común. De administrar a gobernar y de gobernar a
liderar, es decir, a crear las condiciones para que pasen cosas, lo que implica,
entre otros, saber favorecer y sacar provecho de las empresas y organizaciones
que se orientan al bien común.
EL CAMINO
La responsabilidad social de las
empresas implica desarrollar un modelo orientado a crear
valor a la vez económico y social, a partir de una toma de conciencia sobre los
impactos positivos y negativos que crea y puede crear. Este es el camino.
Aquella mano invisible de Adam Smith
basada en un individualismo que sumaba se ha vuelto un pie invisible que genera sufrimiento colectivo a partir de la
perversión de proyectar en las corporaciones los instintos más egoicos desconectados de cualquier
consideración ética. La mano invisible
que hoy tiene capacidad para generar cambios reales y profundos es la que
conecta la competitividad de la empresa con las necesidades e inquietudes de la
sociedad. ¿Pero como energizamos esas manos?
En la dimensión interna de cada
empresa, l'RSE tomará fuerza en dos grandes dimensiones: economía circular y empresa saludable. La primera conecta la eficiencia económica y los
impactos ambientales. La segunda pone la persona en el centro y focaliza el
vector laboral pero también el social y el ambiental.
RESPONSABILIDAD EXTERNA
En la dimensión más relacional,
hay dos otros inductores del cambio: la gestión responsable de la cadena de abastecimiento y la
articulación de territorios socialmente
responsables. Ambos dan respuesta a la responsabilidad externa de la empresa,
la gestión responsable de la esfera de
influencia y la relación con sus grupos de interés.
En el primer caso, las empresas que ejercen el control sobre una cadena de
abastecimiento están empezando a integrar criterios que van más allá de
atributos clásicos para preocuparse por como sus compromisos responsables se
proyectan a lo largo de la cadena.
Queda como reto el
desarrollo de territorios socialmente responsables (TSR). En un barrio o
ciudad, en una comarca o un país, se puede articular esta capacidad de
fortalecer el sentido de conciencia compartida y alinear compromisos.
Complementar los nuevos modelos de gobernanza -liderados por el sector público-
con un ecosistema de co-liderazgos donde cada actor pueda ser parte activa de
la gestión del cambio. La Tierra todavía no es redonda: la globalización
muestra límites, las características de cada territorio con su cultura y
singularidad se muestran relevantes. La ética, por más universal que sea, necesita
-como la educación- poner rostros en contacto. Así, la proximidad sigue siendo
un ámbito que no se puede descuidar, tanto en términos sociales y económicos
así como de desarrollo de valores y compromiso de las personas y de las
organizaciones.
Como establece el Manifiesto de
Vilanova i la Geltrú, promovido por Respon.cat, entendemos el TSR como
un ecosistema de valores éticos, compromisos responsables y actitudes
sostenibles localizados en un territorio a partir de la suma, interacción y
corresponsabilización de las organizaciones y de las personas, que permiten
abordar en ella los retos de sostenibilidad con soluciones que crean valor
compartido.
RESPUESTA A LOS RETOS COMUNES
Se necesita que
cada territorio sepa identificar como se concretan los grandes retos como los
Objetivos de Desarrollo Sostenible, que cada actor asuma su responsabilidad,
que se multipliquen en el territorio las conversaciones
responsables y que se dé respuesta a los retos comunes.
Si cada organización hace muy bien
su trabajo cumpliendo con su misión y además incorpora
criterios de funcionamiento que permitan abordar retos de la sociedad, tanto
internalizando los impactos de la propia actividad como contribuyendo a
resolver necesidades, la sociedad evolucionará con celeridad hacia mejores
cotas de progreso. Esta es la excelencia
social de las empresas y las organizaciones, es la visión sistémica que
permite avanzar hacia un Territorio Socialmente Responsable.
Josep Maria Canyelles. Promotor de
Responsabilitat Global y socio de Vector5.cat
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