La ponencia de la ex-rectora de la Universitat de Girona ha versado sobre " La cooperación entre universidades con el fin de promover la competencia de la sostenibilidad en los estudiantes universitarios". Su tesis inicial ha sido que la ciencia ayuda a la sostenibilidad, pero la educación también.
Los alumnos que salen de la universidad deben haber incorporado los valores de la sostenibilidad y la tienen que trasladar a las empresas donde se vinculen, para que estos valores se vayan expandiendo. Esto es lo que intenta la educación en todos sus niveles.
¿Como lo hacen las universidades? Un ejemplo es la red University Educators for Sustainability Development. Se han creado estudios especiales, por ejemplo de educación ambiental, y cada universidad, con grados diferentes, han ido incorporando especialmente desde los años 90 un enfoque vinculado con la sostenibilidad. Con la incorporación del concepto de sostenibilidad en las tres dimensiones, ambiental, social y económica, el enfoque se vuelve más complejo, y más si tenemos en cuenta que debe afecta a empresas de todas dimensiones, y organizaciones diversas e incluso las personas.
En el caso de la Universitat de Girona (UdG) han creado diferentes instituciones y grupos de trabajo. Destaca el Instituto de Medio Ambiente, con una visión interdisciplinaria; una Oficina Verde, con un plan de ambientalización de la institución; y se fue avanzando en otras estructuras como en la formación de los profesores por medio del Instituto de Ciencias de la Educación (ICE). Más tarde, en 2013, se creó la Cátedra de RSU, con la voluntad de transferir el conocimiento a las empresas.
También se ponen en marcha grupos de investigación. En 2010 participan en un proyecto interuniversitario europeo sobre ambientalización de los estudios universitarios, formado por 11 universidades tanto europeas como extraeuropeas. Durante cinco años elaboraron un modelo que permitía valorar si unos estudios tenían en cuenta la ambientalización, como si se tenía en cuenta el modelo de relación Norte-Sur, la flexibilidad interdisciplinar, la prospección de escenarios alternativos, presencia de espacios de reflexión entre alumnos y profesores... A partir de ahí se hizo un grupo de trabajo con las universidades catalanas, y paralelamente también con las españolas, un grupo que ahora se llama CRUE-Sostenibilidad, con casi 70 universidades.
Actualmente el reto es cómo movilizamos el personal académico, ya que en todas partes hay profesorado sensible, pero sólo es una parte, y todo el mundo es respetable en sus prioridades académicas y docentes. Por ello, ahora están en un nuevo proyecto de cinco universidades donde abordan el reto de cómo trabajar un contenido con el profesorado.
Finalmente, explica un DAFO que han hecho, y destaca como fortaleza que tener una cátedra ayuda mucho ya que mejora la conexión entre la universidad y la sociedad.
Mañana martes por la mañana intervendrá Josep Maria Canyelles, sobre la RSE de las pymes y las políticas públicas de fomento.
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