En 2007 elaboré una definición de Responsabilidad Social que es la que
he ido utilizando, con diferentes variantes formales, en los escritos:
La Responsabilidad Social es una política de empresa según la cual una
organización incorpora estratégicamente en sus procesos de creación de
valor los intereses e inquietudes de los agentes que legítimamente toman
parte en su interés (accionistas, trabajadores, clientes, ciudadanos,
proveedores, finançadors, reguladores, agentes sociales, organizaciones
sociales...) y específicamente un compromiso con la sostenibilidad
global (medioambiental, social, económica).
Este comportamiento basado en el diálogo y en la buena ciudadanía
corporativa se orienta a una visión estratégica de mejora de la gestión
de sus activos intangibles (talento de los equipos humanos, confianza de
los clientes, solidez de las relaciones en la cadena, licencia social
para operar, reputación, marca...) y pretende garantizar la
sostenibilidad del propio proyecto empresarial.
Más allá del cumplimiento de la ley, la empresa socialmente responsable
se basa en un buen gobierno, basado en la transparencia y unos
principios éticos, y construye su responsabilidad ante la sociedad
teniendo en cuenta el impacto de sus operaciones, mejorándolas y
poniéndolas en valor.
Han pasado siete años y la sigo valorando como acertada. De hecho, creo que es la única definición que parte de la consideración de la RSE como una "política de empresa". De
hecho, liga con otras consideraciones que siempre he hecho en el
sentido de que la RSE no es tanto un resultado como un proceso, y que
por tanto no hay empresas socialmente responsables sino empresas que
gestionan la RSE. Por otra parte, para poder hablar de RSE
es necesario que haya una conciencia organizativa, y que se base en una
metodología, unos procedimientos, de manera que la mera agregación de
una serie de buenas prácticas departamentales no se puede considerar RSE
en el sentido estricto de la expresión. Por lo tanto, la RSE es una política de empresa, como hablamos de la política de recursos humanos o de la política de expansión.
Soy consciente de que la esta definición tiene un par de cuestiones
discutibles en cuanto a la fuerza o relevancia que les asigno. Fue
deliberado en el sentido de querer reforzar aspectos que a menudo se
perdían en algunas aproximaciones dominantes en la práctica:
- Incluí la palabra "estratégicamente", lo que a veces podría ser discutible. Es decir, estoy convencido de que la RSE, para que merezca este nombre, debe formar parte del modelo de empresa. Pero una cosa es el modelo de empresa y la otra si toma un carácter estratégico o no. La RSE tiene que ir ligada a la estrategia, y la estrategia corporativa debe estar teñida de RSE. Pero eso no necesariamente permite decir que la RSE es estratégica. Quizás
es cuestión de matiz, sin duda, y se hace difícil desarrollar los
matices en una definición, pero introducir el concepto de estrategia
facilita marcar una diferencia respecto a otros enfoques que se limitan a
una lógica muy operativa que se basa en disponer de algunas normas de
gestión ambiental, de la calidad, de la salud y la seguridad y el
complemento de alguna acción social. A veces no es fácil
trazar la divisoria entre lo que es o no RSE, y a cambio de no ser muy
restrictivos ante un modelo en evolución y desarrollo sí que hay que
situar la centralidad en un enfoque muy conectado con la estrategia.
- Puse "los intereses e inquietudes de los grupos de interés" al principio. Esta
fue una apuesta en el sentido de que creo que es uno de los elementos
metodológicos más determinantes para comprender qué es la RSE y para
diferenciarla de otras disciplinas como la Ética del negocio o meramente
la ética aplicada. Otorgarle tal fuerza en la definición
viene a ser una manera de marcar la diferencia, de otorgarle un sentido
diferencial, un perfil propio, acentuando lo que le da valor y que la
hace singular.
Otros elementos quizás no tan discutibles pero que dan el toque a la definición son:
- La incorporación de los intereses e inquietudes de los grupos de interés se hace no sólo estratégicamente sino en los procesos de creación de valor.
- En ese momento decidí evitar elegir una palabra para
referirme al stakeholders, grupos de interés, partes interesadas o como queramos decir, y usé la perífrasis "los agentes que legítimamente toman parte en su interés
(accionistas, trabajadores, clientes, ciudadanos, proveedores,
financiadores, reguladores, agentes sociales, organizaciones sociales...) ". De alguna manera introducía la expresión tomar parte y el matiz relevante legítimamente.
- Dado que antepone los "grupos de interés" queda en un
segundo plano (last but not least!) el hecho de que también incorporan
específicamente un "compromiso con la sostenibilidad global". Y
se detalla que esta sostenibilidad integra los tres grandes vectores:
ambiental, social, y económico, lo que queda reforzado con el adjetivo
global sobre el concepto de sostenibilidad. El hecho de usar la expresión responsabilidad global
hasta el punto de haber hecho de ésta la marca propia debía influir en esta
necesidad permanente de destacar que tanto la palabra responsabilidad
como sostenibilidad, en nuestro ámbito conceptual y nuestra actividad
profesional deben interpretarse en el sentido global que integra los
tres vectores conocidos de la triple cuenta de resultados, o quíntuple,
como se quiera.
Más discutibles, si se quiere, pueden ser algunos de los elementos que se introducía en los dos párrafos complementarios.
- Se trata de un comportamiento y de ciudadanía corporativa.
- La orientación a la mejora de los activos intangibles, que proviene del origen que entiendo que tiene la RSE, vinculado
estrechamente a la gestión de intangibles en el marco de la economía del
conocimiento.
- Garantizar la sostenibilidad empresarial, es decir, la viabilidad, permanencia y relevancia del proyecto
empresarial en el contexto del mercado y sociedad del siglo XXI.
- Se introduce el concepto de buen gobierno, uno de los cinco vectores de la RSE que a menudo han quedado menos
visible bajo el éxito de la fórmula de los tres vectores más citados.
- Finaliza con la idea de construir la RSE ante la sociedad, que incluye las ideas del diálogo, la transparencia, la interacción, la mejora de los impactos... es decir, no una RSE autista.
(La publicaré próximamente)
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