2.12.12

Toponimia y RSE

La toponimia puede parecer una materia técnica poco relacionada con la RSE. Pero el nombre de los viales tiene una gran carga política que afecta a los derechos humanos y el respeto a la comunidad, de modo que podemos encontrar puntos de conexión muy importantes.

Por una parte, los poderes públicos son los encargados de dar nombre a los viales y adoptar los nombres correctos de los pueblos o accidentes geográficos, lo que normalmente hacen bajo el consejo de la autoridad lingüística correspondiente y también deberían hacer bajo los valores públicos y democráticos. La autoridad pública, no obstante, a veces opta por otras soluciones, como la traducción de los topónimos propios a otra lengua, lo que hemos conocido en dictaduras pero también ahora en plena democracia, como veremos en una de las tres noticias. Y la autoridad pública también puede optar por mantener los nombres de viales impuestos por la dictadura y que alaban personajes de valores contrarios al actual ordenamiento constitucional.

También las empresas tienen un papel en el respeto a la lengua propia y oficial de los viales, lo que a menudo hemos visto como de manera anómala y absurda no se cumple, lo que afecta la calidad del servicio pero también el cumplimiento normativo, el respeto a la comunidad y la RSE.

Véase tres noticias que lo ejemplifican:

Madrid: 165 calles aún con nombres franquistas

A través de los nombres del callejero Madrid rinde homenaje a personajes siniestros de la dictadura franquista. Entre ellos los sanguinarios general Yagüe o Varela.
El año 2001 la oposición publicó una lista de 165 calles dedicadas a supuestos héroes del franquismo o hechos vinculados directamente a la dictadura. Después de 30 años de supuesta democracia la alcaldía se ha negado a democratizar el nomenclator. Los ejemplos son muchos: Calle de los Caídos de la División Azul, Capitán Haya, Comandante Zorita, Plaza de Arriba España, Plaza del Caudillo, General Varela, General Yagüe, General Millán-Astray, Mártires de Paracuellos, Agtustín de Foxá...

España tiene unos nombres de calles, legislación, poder judicial, un ejército y una mentalidad a menudo derivados del franquismo. No hubo una ruptura frente al regimen autoritario como sí sucedió en Alemania. En estas condiciones no está capacitada para entender las aspiraciones de Cataluña.



El último embate españolista del PP balear: hacer bilingüe Maó 
El ayuntamiento de la capital menorquina aprueba pedir la castellanización del nombre

El PP aprobó comenzó los trámites oficiales para convertir en bilingüe el nombre de Maó, para que pase a llamarse, oficialmente, "Mahón-Maó". Se trata de la última medida para arrinconar los avances en la protección del catalán que se habían hecho en las Islas Baleares y que llega justo después del borrador del decreto del trilingüismo, que eliminará la opción de la normalización lingüística en las escuelas. El equipo de gobierno dirigido por la alcaldesa Águeda Reynés no ha hecho el referéndum prometido en campaña para elegir si la versión catalana del nombre de la ciudad debía ser "Maó" o "Mahón". Pero sí ha impuesto la coletilla en castellano aprovechando la modificación que el gobierno de José Ramón Bauzá hizo a la Ley de función pública. Ese cambio, además de eliminar el requisito de saber catalán para trabajar en la administración, permite que los ayuntamientos pidan que el nombre de su población sea bilingüe.

La denominación del aeropuerto del Prat conserva aún el criterio lingüístico del época franquista

El nuevo nombre oficial del equipamiento no es Aeroport de Barcelona-El Prat, sino Aeropuerto de Barcelona-El Prat, pese a las reiteradas demandas para catalanizarlo. La Plataforma per la Llengua ha lamentado que la nueva denominación del aeropuerto de Barcelona no haya servido para catalanizar la toponimia castellanizada que arrastra desde la época franquista, y se han elaborado diversos estudios que denunciaban la poca presencia del catalán en el Aeroport del Prat y que se han hecho llegar a AENA. En algunos de estos informes, ya se pedía al ente aeroportuario que modificara la denominación oficial del aeropuerto para adaptarla a la realidad social y lingüística correspondiente.

En 1965, el Orden de 1 de septiembre miedo la que se determinan la denominación oficial de los Aeropuertos Españoles, establecía como únicas formas oficiales para los nombres de los aeropuertos del dominio lingüístico catalán las castellanizadas. De esta manera, el aeropuerto más grande de Cataluña se llamaba Aeropuerto de Barcelona. Aunque las reiteradas demandas de la Plataforma per la Llengua, AENA ha negado sistemáticamente a cambiar este criterio y ha mantenido la forma castellanizada como el única oficial. Ha habido muchas ocasiones para cambiar el nombre, pero nunca ha habido voluntad. Finalmente el Orden FOM/1508/2011, de 18 de mayo, por la que se modifica la denominación oficial del Aeropuerto de Barcelona , recoge la petición que el Ayuntamiento del Prat hizo en 2008. Pero desgraciadamente el nuevo nombre oficial sigue arrastrando el criterio de la época franquista en cuanto al idioma.

Nota: Sobre estos extraños incumplimientos empresariales hemos escrito otras reflexiones: