- elEconomista.es publica un artículo de opinión de Josep Maria Canyelles sobre el propósito empresarial con motivo de la proclamación del Manifiesto por una economía con propósito liderado por Respon.cat.
- El Manifiesto por una economía con propósito, transversal de todo el movimiento empresarial catalán, sitúa el propósito empresarial como tendencia y como oportunidad para una competitividad que satisfaga no sólo las necesidades sino las sensibilidades de la sociedad.
- Las 250 empresas más comprometidas, grandes o pequeñas, ya se han adherido y se comprometen a integrar un sentido de propósito que aborde el valor compartido.
El propósito empresarial, un mainstream emergente
Sólo hace dos décadas que el debate sobre la responsabilidad social corporativa empezaba a tomar empuje, dejando atrás los enfoques meramente filantrópicos o simplemente marquetinianos para pasar a vincularse al modelo de empresa. Se ha progresado mucho y ahora abordamos un nuevo salto: el propósito.
Si bien en los inicios el debate podía ser controvertido, ahora nadie pone en duda que estamos ante un fenómeno profundo, que está cambiando la forma de hacer empresa y que deja de ser una opción si se quiere dar respuesta a las demandas de la sociedad y a las sensibilidades de los diversos grupos de interés.
La RSC tiene en cuenta a toda la organización y sus interacciones. Entre las principales tendencias de los últimos años destacamos tres: la economía circular, la empresa saludable y el buen gobierno, con el sentido de propósito como gran referente. Aún añadiremos que, desde hace pocos años, está emergiendo una nueva tendencia, el abordaje de los retos sociales, que ha pasado de un enfoque buenista y colateral a adquirir un sentido más estratégico por parte de algunas compañías. El motivo es que, contra las buenas intenciones del Objetivo de Desarrollo Sostenible 10, la reducción de las desigualdades incluso retrocede en algunos aspectos. Por consiguiente, nuestras sociedades pierden vertebración y capital social.
Cogiendo perspectiva, las empresas sabían gestionar la producción, el personal, el marketing... Pero en estos últimos lustros, cuando las empresas han asumido que tienen una responsabilidad ante la sociedad -y no sólo ante la ley- han empezado a incorporar como parte de una gestión sistematizada aspectos que antes se abordaban desde la intuición y buenas intenciones. Ahora, la gestión ambiental es gestión empresarial. La gestión de los usos del tiempo lo va siendo. La gestión de la relación con la comunidad suele ser aún reactiva. La RSC ha supuesto la incorporación de nuevas materias a la gestión ordenada organizacional.
Qué aporta de nuevo el propósito
Ahora la introducción del propósito supone un paso muy relevante. Siempre hemos dicho que la RSC debía ser parte del modelo de empresa, pero a menudo no acababa de serlo. Algunas corporaciones disponen de toda la formalización: memoria, código ético, materialidad, función DiRSE... pero sin capacidad de influir en la estrategia corporativa.
El propósito empresarial impacta desde lo alto. Es la razón de ser de la empresa más allá del objetivo de generar beneficios. A veces puede equivaler a la misión, pero se trata de un planteamiento que no se queda en la simple intención de crear valor económico sino que pretende crear simultáneamente valor económico y social, entendiendo por social todo aquel que requiere la sociedad, ya sea ambiental, cultural, comunitario, etc.
El propósito empresarial se basa en la idea de que las empresas podemos ser un agente de cambio positivo para la sociedad y que podemos utilizar nuestra influencia para mejorar el mundo que nos rodea.
Esta nueva visión de los negocios implica que las empresas debemos comprender que tenemos una responsabilidad hacia la sociedad en general, no sólo hacia la propiedad. Con el propósito, ahora añadimos mayor proactividad: es el faro para los esfuerzos de la empresa por mejorar la sociedad. En la medida en que el propósito focaliza la contribución fundamental a la sociedad y, por tanto, es una elección estratégica que a menudo se convertirá en un atributo de la propuesta de valor, no hay que dejar de lado una gestión robusta de la RSC que tenga en cuenta todos los aspectos a partir de las inquietudes de los distintos grupos de interés, base sin la que sería un riesgo.
Hacemos un cambio de perspectiva: mientras que un modelo basado en memorias miraba atrás, el propósito mira adelante y nos dice qué haremos en los próximos años para contribuir a la sociedad. Sin dejar de rendir cuentas, damos respuesta también a toda una nueva generación de jóvenes que en los procesos de selección nos piden cómo nuestra organización quiere hacer realmente un mundo mejor, incluso, si es necesario, por medio de activismo empresarial.
El Manifiesto, una alianza sin precedentes para las empresas con propósito
Las principales organizaciones empresariales del país, con el liderazgo de la asociación empresarial Respon.cat y la complicidad de la Cámara de Comercio de Barcelona, nos hemos unido para promover el Manifiesto por una economía con propósito (www.empresesambproposit.cat), que invita a las empresas a orientarse a un propósito de triple impacto, económico, social y ambiental. Además, también pretende mostrar públicamente cómo las empresas son motor de cambio desde unos valores de compromiso.
Más de treinta organizaciones empresariales, patronales, colegios profesionales, clusters, como Fomento del Trabajo, Consejo de Cámaras de Comercio de Cataluña, Pimec, CECOT, FemCat, Colegio de Economistas y otras, dan su apoyo, lo que supone una declaración sin precedentes en Cataluña en el campo de la RSC.
Las empresas que se adhieran se comprometen a elaborar su propio propósito antes de 2025 y un plan de acción que genere acciones concretas e impacto antes de 2030. La iniciativa no está basada en ninguna certificación sino concebida para que cualquier empresa grande o pequeña pueda abordar el reto. Tampoco tiene ningún coste, sino que pretende hacer llegar el debate y la gestión del cambio al empresariado catalán.
La ciudadanía sabe que las empresas tienen una capacidad creciente para transformar positivamente el mundo. Debemos dar respuesta positiva ante esta creciente expectativa. Las empresas somos parte de la solución: no podemos quedarnos ofreciendo solo calidad de producto cuando el mundo necesita que además demos un paso adelante aportando soluciones a una humanidad que debe hacer frente a múltiples retos complejos.
Josep Maria Canyelles i Pastó
Coordinador de Respon.cat
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