Interferencia de los intereses políticos, entendido en el sentido de los intereses partidistas en el sentido más corporativo y peyorativo. Un ejemplo lo tenemos estos días en Catalunya con la cuestión del trasvase de agua entre ríos. El partido que más claramente se había posicionado contra los trasvases en la que fué una de las principales claves de la campaña electoral, ahora promueve uno, y el paroxismo llega a límites bien grotescos, como podemos captar de la noticia del Periódico que reproducimos:
Baltasar cree que se debe inventar un término que defina la"captación". "No me
vale la prueba del diccionario, el del Segre no es un trasvase". Así de rotundo
se mostró el conseller Francesc Baltasar acerca de la polémica sobre la
terminología a usar para definir el plan de Medi Ambient."Los diccionarios se
amoldan a los usos, y como no hay precedentes de una captación provisional, no
existe aún una palabra que la defina. Los diccionarios van por detrás de la
imaginación", sentenció ante decenas de estupefactos periodistas. "Estoy seguro
de que ustedes los periodistas encontrarán el término", dijo Baltasar sin caer
en la cuenta de que, muchas veces, estas expresiones van ligadas al apellido de
quien innova. (Por suerte, la academia catalana de la lengua -IEC- le enmendó
rápidamente para que dejara de hacer malabares lingüísticos)
Interferencia de los intereses empresariales, ante los cuales la política no sabe o no quiere poner un freno razonable de acuerdo con el interés público y con la mínima ética necesaria. Un ejemplo interesante es sobre las farmacéuticas y en concreto recomendamos la lectura de la carta de protesta que un campesino envió a la consejera de Salud del Gobierno catalán:
Soy Josep Pàmies, labrador de Balaguer, miembro de Slow Food y Assemblea Pagesa de Catalunya, entidades preocupadas por la alimentación como fuente de salud. Sé que es difícil que esta carta llegue a sus manos, pero espero que la persona o personas que filtran su correspondencia entiendan los motivos que me traen a intentarlo. A nivel personal desde hace un montón de años intento recuperar para la alimentación humana toda una serie de plantas mal denominadas malezas todas ellas con una u otra propiedad preventiva de enfermedades. He podido introducir al mercado con mucha dificultad nuevas ensaladas provenientes de estas “malezas” que hasta hace una década yo mismo eliminaba con herbicidas, dada la formación química de producción agrícola que había recibido. Sería muy largo de explicar, pero he podido hacer estos últimos años una reconversión de mi manera de producir alimentos, hacia una forma más segura para la sociedad, sin tanto arsenal químico del que todavía hoy los labradores tenemos al alcance. Descubrir a los 59 años el engaño de la industria de los fitosanitarios agrarios, íntimamente atada a la industria farmacéutica, descubrir a mi edad que he colaborado, seguramente, a que las enfermedades crónicas de la sociedad hayan aumentado de la forma que lo están haciendo, en buena parte debido a una alimentación tan llena de residuos pesticides, antibióticos, hormonas, etc. [continuar leyendo]Para luchar contra estas dos perversiones hace falta un fortalecimiento de la ciudadanía (empoderamiento) y hacen falta herramientas específicas. Para el primero de los problemas planteados, encuentro como modelo interesante hacer un seguimiento de las promesas electorales.
Campanya "Adopta una promesa". La campaña "Adopta una promesa (políticos:No es garantía de nada, pero la ciudadanía tiene que actuar, y especialmente si tenemos en cuenta la actitud generalmente acomplejada o interesada del periodismo.
¡cumplid o marchaos!)" quiere hacer un seguimiento del cumplimiento de las promesas de diferentes instituciones en el ámbito de Cataluña, en prioridad las relacionadas con la gestión de la Generalitat (Gobierno de Catalunya). Está abierta a cualquier persona interesada, a la cual se pide que informe sobre el cumplimiento o incumplimiento de al menos una de las promesas del "documento programático" de la 'Entesa Nacional de Progrés' durante la legislatura
2006-2010. Entrar en la web: http://adoptaunapromesa.respolis.cat
Para el segundo problema, la interferencia de los intereses empresariales, hacen falta mecanismos más complejos, ya que no se trata tanto de medir una promesa electoral sino cómo el interés público se somete al interés empresarial sin ningún tipo de transparencia ni capacidad de análisis. Al lado de una mayor demanda de Responsabilidad Social de las Empresas, el sector público tiene que sentir la presión ciudadana en la capacidad de medir la influencia de los lobbies de presión.
Seguramente el aumento de la conciencia social sobre estos abusos tendría que facilitar una mayor presión encima de la clase política y el sector público en general a fin de que tengan que demostrar la limpieza ética de las decisiones que se toman. Hace años las ONGs triunfaron en los objetivos de sensibilizar en materia ambiental. La incorporación de la transparencia y la capacidad de dar respuesta dentro del sector público en los temas importantes de veras es ahora el gran reto pendiente mientras hacen medidas de distracción con eso que denominan la participación ciudadana.
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