13.10.12

Sostenibilidad corporativa = Aguantar el tipo

No puedo ya sino tomarme a cachondeo los intentos de ir cambiando permanentemente el nombre de la RSE. Ya analicé hace unos meses la propuesta de rebautizar la RSE como sostenibilidad corporativa.

Decían sus adelides que la RSC hoy se vincula más con programas sociales filantrópicos que con temas como la gestión íntegra y ética de las multinacionales en el proceso de globalización, la identificación de nuevas oportunidades de mercado con impacto positivo en la sociedad, o la gestión de riesgos derivados del negocio en aspectos sociales, económicos o  ambientales.

Una vez transcurridos unos meses observo que este debate no ha llegado a la pymes, y que las que están metidas en este enfoque de gestión afortunadamente siguen denominando RSE a la RSE. Que suerte para ellas que no les haya llegado este dolor de cabeza!

Es un debate que sólo va con las grandes corporaciones, las que usaban RSC y aun con incomodidad por la S, con lo cual muchas preferían directamente la RC.

Y ahora se pretende hacer desaparecer la R de responsabilidad y sustituirla por una S de sostenibilidad. Miren, a mi eso de la Sostenibilidad Corporativa me suena a sostener el cuerpo, o sea Aguantar el tipo. Y a parte de esa percepción personal, hay algo más, de lo que ya hablé, y que se refiere precisamente a eso, a aguantar el tipo.

El gran riesgo de la RSE es que la empresa no comprenda que se trata de un enfoque de gestión que requiere identificar la materialidad y desarrollar las mejores prácticas a través de un proceso de diálogo con los grupos de interés. La expresión "responsabilidad social" pone el acento en eso. Pero para muchas empresas la RSE puede limitarse a una memoria y a un par de iniciativas que no parezcan filantrópicas sino que estén vinculadas a la actividad del negocio. Y claro, la expresión "sostenibilidad corporativa" les va al dedillo, porque desenfoca toda esa pérdida de tiempo y energías que és el diálogo. ¿Para qué vamos a dialogar si ya sabemos lo que vamos a hacer? Además, algunos grupos de interés pueden tener opiniones y puntos de vista distintos a los nuestros... ¡y quien mejor que nosotros para saber cómo garantizar que la compañía sea sostenible! Pues eso, a aguantar el tipo. Mientras los clientes vemos cómo la empresa se pinta de verde. Pero aunque la mona se pinte de verde mona se queda, y eso al final se percibe, y la sensación de defraudar es entonces mayor que la empresa que sencillamente había pasado inadvertida en materia de sostenibilidad.

Lo analicé en "Algo se mueve en el club de la RSE (versió cat). Parece como si alguien se hubiera cansado y mirara de proponernos jugar a otra cosa cuando aún estamos apenas empezando la partida y aprendiendo las reglas del juego.

Finalmente, es curioso que este tipo de debates surjan del corazón de las grandes empresas que seguramente son las responsables de que se haya producido esta confusión. ¿No sería más fácil que corrigieran su enfoque y se olvidaran de hacernos cambiar el nombre de la cosa cada lustro?