LA GRAVIOLA, PLANTA SECUESTRADA POR LA MAFIA FARMACÉUTICA: 10000 veces más potente que la quimioterapia para eliminar células cancerosas
Foto de Guanábana, Guanábanas, Guanábano, Catuche, Catoche, Anona de México, Graviola, Anona de la India, Mole – http://www.palli.ch/~kapeskreyol/
LA GRAVIOLA, PLANTA 10000 VECES MAS POTENTE QUE LA QUIMIOTERAPIA
La guanábana o la fruta del árbol de Graviola es un producto milagroso para matar las células cancerosas. Es 10,000 veces más potente que la quimioterapia. ¿Por qué no estamos enterados de ello?, porque existen organizaciones interesadas en encontrar una versión sintética, que les permita obtener fabulosas utilidades.Así que de ahora en adelante usted puede ayudar a un amigo que lo necesite, haciéndole saber que le conviene beber jugo de guanábana para prevenir la enfermedad.
Su sabor es agradable y por supuesto no produce los horribles efectos de la quimioterapia., y si tiene la posibilidad de hacerlo, plante un árbol de Guanábana en su patio trasero. Todas sus partes son útiles..
La próxima vez que usted quiera beber un jugo, pídalo de guanábana. ¿Cuántas personas mueren mientras este secreto ha estado celosamente guardado para no poner en riegos las utilidades multimillonarias de grandes corporaciones?
Como usted bien lo sabe, el árbol de guanábana es bajo, no ocupa mucho espacio, se le conoce con el nombre de graviola en Brasil, guanábana en Hispanoamérica, y “Soursop” en Inglés.
La fruta es muy grande y su pulpa blanca y dulce. Se come directamente o se la emplea normalmente, para elaborar bebidas, sorbetes, dulces etc. El interés de esta planta se debe a sus fuertes efectos anticancerígenos, y aunque se le atribuyen muchas más propiedades, lo más interesante de ella es el efecto que produce sobre los tumores.
Esta planta es un remedio contra el cáncer probado para los cánceres de todos los tipos. Hay quienes afirman que es de gran utilidad en todas sus variantes y se la considera además como un agente de antimicrobial de ancho espectro contra las infecciones bacterianas y por hongos. Es eficaz contra los parásitos internos y los gusanos, regula tensión arterial alta y es antidepresiva, combate la tensión y los desórdenes nerviosos.
La verdad es simple: En lo profundo de la selva amazónica crece un árbol que podría revolucionar lo que usted, su doctor, y el resto del mundo piensan sobre el tratamiento del cáncer y las oportunidades de supervivencia que ofrece, nunca antes se había presentado un panorama tan prometedor..
Las muestras de la investigación, con los extractos de este árbol milagroso, son alentadoras.
Veamos algunas conclusiones:
– Es una terapia natural que no causa náuseas extremas, ni pérdida de peso o del cabello.
– Protege el sistema inmunológico, evitando las infecciones mortales
– La persona se siente más fuerte y más saludable a lo largo del tratamiento. Esa energía renovada mejora sus perspectivas en la vida.
La fuente de esta información es fascinante: Procede de uno de los fabricantes de medicinas más grandes del mundo, quien afirma que después de más de 20 pruebas de laboratorio, realizadas a partir de 1970 los extractos revelaron lo siguiente:
- Destruye las células malignas en 12 tipos de cáncer, incluyendo el de colon, de pecho, de próstata, del pulmón y del páncreas…
- Los compuestos de este árbol demostraron actuar 10,000 veces mejor retardando el crecimiento de las células de cáncer que el producto Adriamycin, una droga quimioterapéutica, normalmente usada en el mundo.
- Y lo que es todavía más asombroso: Este tipo de terapia, con el extracto de graviola, o guanábana, destruye tan solo las malignas células del cáncer y no afecta las células sanas.
La pregunta que surge es: ¿Y si las propiedades anticancerígenas de la graviola han sido investigadas tan intensamente, por qué usted nunca había oído hablar al respecto?. Si ese extracto tuviera tan siquiera el 50% de la importancia que se le atribuye, ¿por qué los oncólogos, en los hospitales no instan a sus pacientes a usarlo?
La respuesta es sencilla: Nuestras mismas vidas y nuestra salud están bajo el control del poder económico. Y la graviola es una planta que trabaja muy bien.
Una corporación americana, multimillonaria, inició la búsqueda de una cura para el cáncer y su investigación se centró en la graviola. Todas sus partes mostraron ser útiles:, hojas, raíces, la pulpa y las semillas han sido usada durante siglos por los curanderos y los indígenas nativos en América del Sur, en el tratamiento de enfermedades del corazón, asma, problemas artritis.
Ante las primeras evidencias, la mencionada compañía gastó ingentes sumas de dinero para probar las propiedades anticancerígenas del árbol y se asombró por los resultados. Parecía que se iba a convertir en la fuente de millonarias utilidades.
Pero se encontraron con un obstáculo insalvable: El árbol de graviola (guanábana) –es completamente natural, razón por la cual no es patentable bajo la ley federal. No era posible obtener las jugosas utilidades que se esperaban de ella. No hay ninguna manera de hacer ganancias serias.
La compañía optó entonces por tratar de sintetizar dos de los ingredientes del potente anticancerígeno del árbol de la graviola. Si ellos hubieran podido aislarlos, estarían en condiciones de patentarlo y ganar billones de dólares. Pero se encontraron con un muro infranqueable.
El original simplemente es imposible de reproducir. No había manera alguna para que la compañía mencionada pudiera protegerse comercialmente si divulgara los resultados de sus investigaciones, sin obtener antes una patente exclusiva.
Como ese sueño se ha evaporado, la compañía archivó el proyecto decidió abstenerse de publicar los resultados de su investigación.
Por suerte, un científico que participó en investigación, cuya ética profesional no le permitiría cohonestar tal decisión, resolvió arriesgarse poniéndose en contacto con una firma dedicada a estudiar las plantas de la Amazonia y se hizo el milagro.
Cuando los investigadores del Instituto de Ciencias de la Salud se enteraron de las buenas nuevas, comenzaron a investigar la posibilidad de que la graviola pudiera combatir el cáncer. La evidencia de la efectividad asombrosa de graviola y la forma como se pretendió encubrir esa verdad no se hicieron esperar, levantando una ola de indignación.
El Instituto Nacional del Cáncer realizó la primera investigación científica en 1976. Los resultados mostraron que las hojas de la graviola y sus tallos son eficaces atacando y destruyendo las células malignas. Inexplicablemente, los resultados se recogieron en un informe confidencial y nunca fueron entregados a la opinión pública.
Desde entonces, la graviola ha mostrado en 20 pruebas de laboratorio, independientes, que su poder anticancerígeno es muy potente, aunque todavía no se ha adelantado pruebas a ciegas (doble-ciego) que son las utilizadas por la ciencia médica como referencia para juzgar el valor de tratamiento, este se comenzó.
Un estudio declaró en el Periódico Natural Products (Productos Naturales), siguiendo un reciente estudio de la Universidad Católica de Corea Sur, que un elemento, un químico de la graviola (Guanábana) fue utilizado para matar las células de cáncer de colon de manera selectiva, con una potencia 10,000 veces superior a la Adriamicina normalmente usada…
La parte más significativa del estudio de la Universidad Católica de Corea afirma que la graviola mostró ser selectiva al atacar las células del cáncer, mientras dejaba intactas las células sanas, al contrario de la quimioterapia tradicional que ataca, sin discriminación a las células en proceso de reproducción (como las de el estómago y el cabello), causando efectos colaterales a menudo devastadores como náuseas y la pérdida del pelo.
Otro estudio reciente, de la Universidad de Purdue, encontró que las hojas del árbol de graviola matan las células de seis tipos de cáncer, en especial de la próstata, el páncreas y los pulmones. !Una verdad ocultada por más de siete años al fin ha sido revelada!.
Un suministro limitado de extracto de graviola, cultivado y obtenido por los indígenas del Brasil, está finalmente disponible en América.
(*) El texto fue traducido por el periodista colombiano Orlando López Garcia, para el Instituto de Ciencias de la Salud (L.L.C. 819 N. Charles Street – Baltimore, MD 21201)
Fuente: FREEMAN y Ines Naturaliss
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