20.2.14

Agua de mar de Palencia

He comprado una botella de agua de mar para usos alimentarios, y me he llevado una sorpresa cuando he mirado qué empresa la comercializaba, ya que estaba ubicada en Palencia ( Castilla y León), bastante alejada del mar.

No he podido resistir la tentación de mirar si había alguna explicación del hecho, y ciertamente la he encontrado. Resulta que la empresa hace el recorrido para transportar leche de Castilla a Asturias, por lo que puede aprovechar el recorrido de vuelta de los camiones, una vez limpiado el interior de la cuba, para llevar el agua hacia el interior.

El uso del agua de mar es muy interesante para la cocina, especialmente para pescados, mariscos, y muchos otros platos que se preparan con agua salada. Aparte del sabor más intenso, implica disminuir el uso de agua dulce y al mismo tiempo supone un ahorro ambiental en términos de evitar separar la sal del agua del mar para añadirla de nuevo al agua dulce, cuando en muchos casos este proceso es un gasto inútil.

Aparte de la cocina, o incluso el uso como bebida, en términos de impacto es muy importante lo que se puede ahorrar utilizando agua salada para limpiar espacios e instalaciones como pueda ser las zonas de venta de pez de grandes superficies. De hecho, una empresa catalana, que es un centro especial de trabajo, suministra agua de mar con esta finalidad en grandes espacios de venta y consigue un gran ahorro.

Por otra parte, respecto al aprovechamiento de los camiones de vuelta, también hay que destacar como una práctica interesante. Para muchas empresas catalanas y europeas ha sido una oportunidad el hecho de que grandes barcos provenientes de China vengan cargados de productos a nuestros puertos, ya que su retorno al punto de origen permite disponer de transporte y oportunidad de exportar a precios muy ventajosos.

Por supuesto, estas prácticas, tanto parte del sentido común, se han hecho siempre en la historia de la humanidad, y sólo hay que pensar en griegos y fenicios y el comercio en nuestras costas. Me viene a la cabeza también un caso del que hablé hace unos años, en referencia a los barcos que hace dos siglos llevaban el salitre del norte de Chile hacia América del Norte, y de vuelta aprovechaban para llevar pino de Oregón. Con este pino de tan buena calidad se hicieron durante el siglo XIX y XX muchas casas de madera, como las de Iquique, que hoy en día todavía se mantienen en pie (-> [ca] Una aventura d'indianos; [es] Una aventura de "indianos"). ¡La rareza es más bien hoy en día cuando se comenten las aberraciones de hacer volver de vacío un barco o un camión!