20.2.14

Salud y tecnología. Oportunidad y riesgos

La introducción de las nuevas tecnologías en el campo como el sanitario puede producir un gran salto en la efectividad por el hecho de poder disponer de información real, online, monitorizada masivamente, y con un ahorro económico considerable, que en algunas pruebas piloto se cuantifica superior al 50%, y con ahorros inducidos por la reducción de desplazamientos y otros.

Esta gran expansión del internet de las cosas en el mundo de la salud debe hacerse poniendo un gran control legal (el regulador) como de responsabilidad social (los operadores), ya que son muchas las áreas donde se puede abrir la veda de las malas prácticas.

El control de la privacidad es sin duda unos de los más importantes, así como los riesgos de banalización de la medicina a partir de una oferta de mecanismos de autodiagnosis que puedan dar lugar a disfunciones en los diagnósticos particulares y en la salud pública. O la exclusión de los colectivos que por diferentes circunstancias estén más alejados de los recursos tecnológicos.

Pero también se pueden producir otras disfunciones, más en el ámbito de la gobernanza, fruto de modificaciones en el control de las cadenas de valor del sector, que pueden verse alteradas por la ubicación de un sector tecnológico que no se limite a ser proveedor sino a ejercer ciertas posiciones de dominio creciente, favoreciendo un desarrollo del sector de la salud más sujeto a intereses financieros ajenos al interés de los pacientes y usuarios, y con capacidad de incidencia decreciente por parte de las autoridades públicas.

Las reflexiones de Responsabilidad Social tienen un terreno en el campo concreto de las buenas y malas prácticas en la privacidad, la accesibilidad, la inclusión social, la seguridad médica, etc. Pero también tienen otro ámbito más situado en el espacio público, sobre cómo gestionar la gobernabilidad y la participación de los diferentes intereses, sobre el control de las cadenas de valor en cada sector y los impactos perversos de puedan originar, sobre cómo se equilibran los diferentes intereses y donde quedan los de los usuarios y pacientes y la ciudadanía en su conjunto.

Ante estas enormes oportunidades y enormes riesgos, la incorporación de un sentido de la responsabilidad social que atienda tanto el sentido más operativo como el más estratégico, y que se haga poniendo las personas, los derechos humanos, los derechos de los pacientes, por delante, puede facilitar una mejor capacidad de crear valor compartido a la vez que puede evitar una parte de los riesgos inherentes a todo cambio de época, que no es otra cosa que lo que estamos viviendo gracias a la introducción masiva y intensiva de las nuevas tecnologías basadas en internet en todos los sectores de actividad económica y en nuestras vidas.

Nota: Josep Maria Canyelles se muestra especialmente interesado en los sectores sanitario y tecnológico.
Nota: artículo publicado en Jornal.cat y en Diario Responsable