8.4.10

En defensa de Garzón, en defensa de la calidad democrática

Tal como ha hecho público Amnistía Internacional, consideramos insólito que el juez Garzón pueda ser juzgado por haber investigado las desapariciones de más de 100.000 personas ocurridas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista.

Es una auténtica vergüenza que esperamos que no vaya a más y se demuestre la inocencia. Pero el daño ya está hecho. Sería deseable que la comunidad internacional mostrara explícitamente su más enérgico rechazo y oposición a este proceso judicial instigado desde los herederos de la ideología franquista. La transición tuvo elementos positivos pero dejó demasiado puertas abiertas para que esta gente se haya ido envalentonando.
La “Ley de Amnistía de 1977” ha sido invocada para perseguir al único juez que ha intentado dar respuesta a víctimas de desaparición forzada y sus familias. Si este juicio se produce, será la primera vez en todo el mundo – al menos que tengamos constancia en Amnistía Internacional - que un magistrado, en democracia, es sentado en el banquillo por intentar conseguir verdad, justicia y reparación para las víctimas de crímenes internacionales. Además, enviará un mensaje tremendamente negativo para otros jueces que lo intenten, tanto en España, como en el resto del mundo.

Las normas internacionales de derechos humanos dicen claramente que el crimen de desaparición forzada NO prescribe y entorpecer su investigación es un delito, por tanto ninguna “Ley de Amnistía” puede contradecirlas.
La politización de la justicia, la caída en picado de la reputación de la política, los escándalos de corrupción, nos llevan a un callejón oscuro de pérdida de capital institucional y capital social. Hace unos meses, en un artículo en DiarioResponsable sobre la calidad de la democracia, manifesté lo siguiente, que quisiera recuperar:
Luchar por los valores democráticos debe ser nuestro gran reto. Y a pesar de lo que pueda parecer, cada vez hay más necesidad de hacerlo. En el Estado español mismo vivimos a diario ejemplos de caída en picado de los valores democráticos que sustentan la convivencia. Y que el gran grueso de la población acepta resignadament sin darse cuenta del camino que estamos emprendiendo, seguramente fruto de una transición pasada en falso y que ahora se nos gira repentinamente. Incluso, la prensa española silencia las alertas formuladas por agencias internacionales de prestigio sobre lo que está sucediendo. O un periódico como el País sólo publicó un breve cuando se ha descubierto recientemente en Valencia una de las fosas comunes de la Guerra Civil y la represión posterior. Pero aquí se ha producido un pacto de silencio y sólo se puede hablar fuera: Francesco Cossiga, presidente emérito de Italia, ha afirmado que estas fosas son las mayores de Europa.

No son temas menores. Y como dice Toni Strubell en el libro El moment de dir prou (El momento de decir basta), tal vez tengamos que empezar a no callar, porque nos caerá la cara de vergüenza cuando venga algún joven estudiante de los estados unidos con una beca de historiador y muestre al mundo cosas que están sucediendo y que ninguna parte del mundo civilizado aceptaría.
Pueden dejar comentarios en la página de facebook de Amnistía Internacional.

PD: Sindicatos, ONGs, y medios de comunicación tanto catalanes como españoles como de otros países han empezado a expresar su sorpresa por la indignidad que supone este enjuiciamiento de Garzón. La credibilidad de España como estado democrático que ha hecho limpio de la dictadura se pone en juego, y ahora el mundo se da cuenta que por un lado se hacen leyes para prohibir algunos partidos políticos cuando la Falange sigue teniendo una presencia en la vida pública y política e incluso se puede permitir actuar acusando a los que buscan la verdad.
PD2: Si bien, en este caso los poderes fácticos se han aliado contra Garzón, tampoco hay que ser ingenuos y recordar, como se hace en los dos últimos de estos artículos, quién es Garzón, cómo ha colaborado en la politización de la justicia, y cómo ha cometido graves irregularidades en otros momentos, vulnerando él también derechos humanos, como tuvo que reprochar el tribunal europeo a España.