- Explicar que las fuerzas del derecho a decidir están preparando un censo para consultas abierto a los inmigrantes, y que el debate se centra en donde ponemos el límite les resulta algo increíble
- Esta semana he estado en Kosice (Eslovaquia) en una reunión de trabajo del programa europeo COGITA, junto con representantes de trece territorios: estos dos años de proyecto han coincidido con el proceso soberanista catalán, lo que provoca que algunos miembros vayan interesándose por cuál es la situación.
Ayer mismo, hablando con unos participantes, me preguntaban cosas como si éramos muy anti-europeístas, y les costaba entender que nosotros somos aún los más europeístas y que confiamos mucho en el papel de Europa a la hora de proteger los valores fundacionales de Europa. ¡No sé con quién nos confunden!
Pero el factor más sorprendente para ellos fue explicarles que nosotros queremos que los inmigrantes voten en la consulta por la independencia porque ellos son unos ciudadanos más, unos catalanes más, y que todos debemos hacer un esfuerzo para su integración y para la cohesión social. Y que todo el mundo debe poner su parte en la construcción de un nuevo Estado que quiere tener en la libertad, la democracia avanzada y el respeto a la diversidad sus grandes divisas.
Explicar que las fuerzas del derecho a decidir están preparando un censo para consultas abierto a los inmigrantes, y que el debate se centra en donde ponemos el límite les resulta algo increíble: con respecto a los extranjeros, CiU propone que puedan votar los comunitarios con al menos un año de residencia en Cataluña y los extracomunitarios con un mínimo de tres años de arraigo. ICV, en cambio, quiere extenderlo a todos los empadronados. Les cuesta entender que nosotros queremos hacer un país integrador, donde el valor central está en la persona, y que los estados y las naciones son un instrumento para el desarrollo de las personas.
Es grande el desconocimiento que hay sobre Cataluña. Y debemos luchar no sólo contra este desconocimiento sino contra la lógica de lo que a priori sería previsible. Por suerte, con cuatro datos sobre el expolio fiscal y la locura del AVE, enseguida pasan a no comprender cómo hemos tardado tanto en dar el paso de salir de España.
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