1.12.09

Telecinco pide una ilegalidad

A finales del pasado mes de junio un grupo de intelectuales nacionalistas españoles firmaban el Manifiesto por la lengua común, que muy pronto se hizo público entre los medios de comunicación. El manifiesto es un texto ofensivo y con rasgos propios de racismo lingüístico en el que pretende relegar el catalán, vasco y gallego a lenguas de segunda fila, folclóricas, un estilo más propio de la época franquista que de una democracia consolidada. Entre los adheridos de este manifiesto encontramos el canal de televisión Telecinco, un canal privado que actúa con la concesión pública y que ha ofrecido su medio para ayudar a difundir el manifiesto.

Además de adherirse a las quejas contra Telecinco, por razones de defensa de la democracia, la libertad, el respeto y la diversidad, queremos en este momento pedir a esta empresa que retire su apoyo a la campaña ya que, según se desprende de la sentencia del Tribunal Supremo, este manifiesto y, por tanto, Telecinco, están pidiendo una ilegalidad.
El Supremo rechaza que los padres puedan escoger el idioma en el que estudian sus hijos. El fallo considera "absurdo" permitir la libre elección en la enseñanza, ya que abriría la puerta a que todos pudiesen "reivindicar una instrucción impartida en cualquier idioma en cualquiera de los territorios "El Tribunal Supremo rechaza que los padres puedan elegir el idioma en el que estudian sus hijos. Fuente
Aprovechamos para dar a conocer la campaña iniciada desde la Plataforma per la Llengua, lo encontró inaceptable la postura de Telecinco y por eso propusieron enviar la queja a la cadena ya sus principales accionistas, y quejarse a través del formulario www.telecinco.es/contacta, con un texto personal o copiando y pegando la carta de abajo.

Carta a Telecinco



Apreciado Sr. Consejero Delegado Paolo  Vasile,

Le escribo para manifestar mi protesta por  la inexistencia de contenidos en catalán en la programación de Telecinco y por la  adhesión de Telecinco al “Manifiesto por la lengua común” que un grupo de  intelectuales nacionalistas publicó en el periódico EL MUNDO el pasado 23 de junio.

Este manifiesto exige la negación de  derechos a las minorías lingüísticas de España, consagrando al mismo tiempo su  desigualdad ante la ley, con el argumento de que el castellano es una lengua  superior y que sus hablantes, por lo tanto, deben poseer más derechos que los  ciudadanos que hablan el catalán, el gallego o el vasco como primera lengua. Si  se hiciese el mismo razonamiento respecto a las mujeres, el manifiesto sería  sexista, y si se hiciese en relación con las personas negras, nadie  albergaría duda alguna de su carácter racista. En este sentido el manifiesto es  contrario a la Constitución española, que proclama la igualdad de todos los  ciudadanos ante la ley.

El manifiesto, pero, no sólo considera a  los catalanohablantes, gallegohablantes y vascohablantes como ciudadanos de  segunda, sino que manifiesta una posición totalmente contraria a la diversidad  cultural y el multilingüismo, realidades plenamente enraizadas en la Europa de  nuestros días. Opiniones como las del manifiesto son peligrosas porque pueden  conducir a la discriminación y a la violencia contra las minorías, acciones de  las que por desgracia ya hemos sido testigo en otros contextos y  momentos históricos.

La adhesión al manifiesto por parte de su  cadena es, en  consecuencia, un hecho muy grave, ya que un medio de comunicación privado en  régimen de concesión del espacio radioeléctrico público tiene el deber de  fomentar los valores democráticos, de tolerancia y de protección y respeto a  las minorías. Su adhesión a este texto no representa únicamente una enorme  falta de respeto contra la lengua y la cultura de algunos de los más populares  profesionales que trabajan en Telecinco, sino también contra la misma audiencia  de Telecinco en Cataluña, es decir, contra sus propios televidentes.

Entiendo pues que su emisora nos considera  a mí y a cualquier otro televidente catalanohablante, gallegohablante o  vascohablante ciudadanos de segunda, y por lo tanto deduzco que no están  ustedes interesados en mi consumo televisivo.

Así pues, les comunico que a partir de  ahora procuraré no mirar Telecinco, un comportamiento que recomendaré a mis  familiares, amigos y compañeros de trabajo. Por otro lado me reservo el derecho  de protestar ante el Ministerio de Industria por el mal uso que realiza Telecinco  de su concesión de espacio radioeléctrico público y el derecho de presionar  a las empresas anunciantes para que dejen de  contratar tiempo de publicidad en Telecinco.

Cordialmente,
<>

9 comentaris:

Anònim ha dit...

pero vamos a ver, es que no es razonable que un padre pueda decidir que sus hijos estudien en castellano, en barcelona?
eso es racismo? racismo será pretender los contrario. Imposición linguistica, y exclusión de otras lenguas,

Anònim ha dit...

De la misma manera que un catalán no puede exigir la educación en su lengua en Madrid o el Londres, un español tampoco tiene derecho a pedir la educación en su lengua en cualquier lugar del mundo. La gente debe aprender a respetar la diversidad y la lengua propia de cada territorio, con toda normalidad y aprecio.

Josep Maria Canyelles ha dit...

La ley es clara y la sentencia de tribunal también. No es ético ni socialmente responsable atiar las pasiones nacionalistas por parte de un medio de comunicación de masas como Tele5, articulando una campaña para pedir algo que es ilegal.

Al contrario, la RSE sería ir más allá de la Ley, no sólo cumpliendo su articulado sino las motivaciones que expone y pretende.

Anònim ha dit...

Vamos por parte:

- obviamente, un español (ya sea catalán o extremeño), no puedo exigir una educación en español o castellano en Londres

- en españa se respetan todas las lenguas. el español o castellano es la lengua común, y las otras lenguas son co-oficiales en las comunidades de su origen, y tratan de coexistir

- Es obvio que un catalán, vasco o gallego, no puede solicitar una educación en su lengua en madrid, o en andalucia, pues no es una lengua co-oficial alli

- Cataluña es España, (no es "cualquier lugar del mundo", es España), no es Inglaterra, o Italia, y en ella conviven dos lenguas, y no entiendo por que los que viven alli, no pueden elegir educar a sus hijos en cualquiera de las lenguas que alli conviven. ¿Por que tratar de que una predomine sobre la otra? porque no se puede elegir?

¿Eso significa no respetar una lengua? Poder decidir, poder elegir, me parece mucho mas democrático, que imponer.

Finalmente decir que ya que apelais a la ley (y no al sentido común) se acepte con igual intensidad la sentencia del Constitucional que está por venir, sea la que sea.

Ah, y no se que tiene que ver la RSE con un tema que está absolutamente politizado.

Josep Maria Canyelles ha dit...

No pretendo entrar en debates políticos en este blog. Los temas de identidad, lenguas, etc., que ciertamente se han politizado, deben abordarse desde las empresas en el marco de su RSE, precisamente por la incapacidad de la clase política para solucionarlos: de hecho los están haciendo irresolubles.

En otras partes del mundo todas las partes ayudan a encontrar soluciones y aquí sólo callejones sin salida. Quizá la política ya no dispone de argumentos.

Si la política no sabe poner por delante los valores de democracia, libertad, derecho a decidir, etc., la sociedad civil debe ayudar a marcar el camino, encontrar maneras de destensar... Y facilitar que la política -que es absolutamente necesaria- encuentre su rumbo.

En países con más experiencia democrática no tienen miedo a reconocer que existen naciones distintas dentro de un mismo estado. Como pasa en Gran Bretaña, en Canadá. O no tienen problema para reconocer la igualdad de derechos como en Suíza... En en el Estado español, donde cohabitan naciones con pedigrí histórico, parece que si no lo explicita un documento oficial una nación no existe... Como si el pueblo tibetano no existiera como nación porque China no la reconoce.

Estamos atados a una dinámica de miedos y parece que sólo se puede sostener la unidad sagrada en base a ocultar realidades. Vaya, como los 500 años de mentiras sobre Cristòfor Colom... Podemos decirles a los políticos que no se metan y que acepten la opinión de los expertos independientes??

El mundo entero engañado para que no se sepa que Colom era catalán, y además pariente de un presidente de la Generalitat de Catalunya... ¿No sería normal que las empresas -sin intervención de la política- pudieran hacer dinero a partir de la historia que se ha descubierto? Al menos sería normalizador. Pero no se puede por miedo a que el mercado español se mobilice contra algo que puede ser visto contra la unidad de reino... Es agotador. Hay cansancio, desafecto, desapego...

Josep Maria Canyelles ha dit...
L'autor ha eliminat aquest comentari.
Anònim ha dit...

Francamente, no se que decir....
dices que no quieres mezclar política en este blog...pero dices que sean las empresas las que asuman un debate sobre identidad, y lenguas?

cuando el debate debería estar en como creamos más empleo, el verdadero drama de esta crisis, hablas de las empresas entren en el debate político? de veras.....estoy alucinando.

bueno, y lo de Cristobal Colon, el remate del tomate................

ha dit

Josep Maria Canyelles ha dit...

Hay gente que dice que ahora no es hora de hablar de RSE porque hay crisis. Y antes tampoco por lo que sea... O sea nunca...

De lo que se trata es de crear riqueza pero de manera responsable. Y eso incluye tener en cuenta el medio ambiente, la sociedad, la comunidad, las personas, los derechos humanos... Ya no se puede pretender que como hay urgencias de crisis se pueden cometer ilegalidades.

Además, respecto a las identidades, hay gente que está contra la libertad de mercado porque prentenden imponer un mercado de base estatal y no permiten desarrollar mercados en superposición (como existe en todo el mundo) de base lingüística. Por ejemplo evitando que pueda florecer un mercado más potente en el ámbito lingüístico catalán (por ejemplo evitando que las televisiones en catalán puedan cubrir todo su mercado natural). Por cierto, en contra no sólo del sentido común, del sentido empresarial, y de las demandas de la UE. Pero el nacionalismo español puede más, y los que con una visión liberal deberían defender la libertad de mercados, apuestan por un monopolio de las televisiones en castellano. Eso es política, eso es anti-empresarial, es anti-derechos colectivos, es irresponsable socialmente porque está claro que pretende convertir la realidad catalana en un hecho 'regional-folclórico'.

Anònim ha dit...

cada uno se define con sus palabras.....

suerte