2.10.16

[REFLEXIÓN] Colón no fue esclavista, sino luchó con todas sus fuerzas para evitar que los indios fueran esclavizados

Hace unos días generó polémica la propuesta del grupo municipal de la CUP en el Ayuntamiento de Barcelona, que propuso la retirada del monumento a Colón porque simboliza el sometimiento de las poblaciones indígenas de América Latina.

Como primera reflexión, querría decir que en caso -remarco: en caso- de que en nuestra sociedad aumente el deseo de retirar del espacio público monumentos que evocan recuerdos que desde el punto de vista actual son susceptibles de crítica o valoración ética negativa, habría que tratar de hacer una reflexión serena y profunda sobre cuáles son los límites y qué tiene sentido. Me parece que es muy diferente pedir la retirada de símbolos franquistas, en un contexto en que el franquismo no sólo es muy cercano todavía sino que hay un franquismo sociológico que no sólo no ha desaparecido sino que se está manifestando de nuevo, que pedir la retirada de símbolos históricos lejanos en el tiempo y que no afectan a nuestro presente ni hieren nuestra dignidad por el hecho de ocupar espacios públicos.

De otro modo, podemos empezar a desmontar todo el espacio público porque posiblemente no dejaríamos nada en pie, y más que una civilización ética y sostenible, quizás nos acabaríamos pareciendo más a los fanáticos de EI que hacen volar por los aires los restos arqueológicos milenarios que no les gustan. En todo caso, hay que valorar si alguna placa en el lugar adecuado puede ayudar a interpretar correctamente el mensaje que se puede desprender de los monumentos históricos. Un ejemplo en este sentido podría ser respecto al monumento a Antoni López y López, de quien son conocidos los negocios hechos en su momento con el tráfico de personas de piel oscura.

Respecto al Almirante Cristóbal Colón podríamos hacer la misma reflexión, pero en este caso la línea de reflexión es otra. Y empezamos por lamentar que precisamente la CUP parta en esta propuesta de la aceptación de la versión sobre la historia del descubrimiento de América hecha de manera interesada por la Corona de Castilla y la Santa Inquisición. En este sentido, y en defensa del Almirante catalán, me sumo al comunicado del Institut de Nova Història y felicito a Jordi Bilbeny por el artículo que ha publicado con motivo de esta propuesta.
  • A Colón le puede tratar como navegante, aventurero o descubridor "oficial" de tierras desconocidas para gran parte del mundo europeo, pero nunca como símbolo o emblema de ningún genocidio. A menudo se olvida que Colón fue denunciado por otros colonos y encadenado por el hecho de defender los nativos americanos como vasallos de los Reyes Católicos, en oposición a aquellos que los trataban como esclavos.
  • No hay que confundir el descubrimiento del Nuevo Mundo con la posterior colonización que, ciertamente, tuvo consecuencias devastadoras para la mayoría de los pueblos indígenas de todo el continente americano.
  • Invitamos a tener presente y vivo el recuerdo de Luís Ulloa Cisneros, investigador peruano y director de la Biblioteca Nacional de Lima, que pronto cumplirá 100 años, investigando la hipótesis de un Colón gallego, dio a conocer al mundo las sus conclusiones conforme Colón -Colom- fue catalán y probablemente barcelonés.
Recomendamos la lectura del artículo Cristóbal Colón y el respeto al conocimiento, de Jordi Bilbeny. Recorto y traduzco a continuación un fragmento del artículo:
[...] Contrariamente a lo que se cree, Colom no fue esclavista, sino luchó con todas sus fuerzas para evitar que los indios fueran esclavizados y, por el contrario, trabajó hasta la extenuación para que fueran tratados como súbditos de los reyes, con los mismos derechos que los catalanes. El Padre Cases, considerado hoy «el protector de los indios», es su más fiel seguidor en esta política de respeto y protección. Es necesario que tengamos también presente que Colom había llegado a juzgar y condenar a muerte algunos colonos que se habían excedido con los pobladores nativos del Nuevo Mundo. Y que es el autor de unas «Instrucciones», aceptadas por los Reyes Católicos, que debían funcionar como ley, a fin de que los indios fueran verdaderamente respetados. En una carta a su primo Pere Bertran y Margarit, fechada en abril de 1494, le expone: "La principal cosa que necesita hacer es guardar mucho los indios, que no les sea hecho ningún mal ni daño, ni les sea tomada algo contra su voluntad, sino reciban honra y sean asegurados».

Entonces, como que las condiciones proteccionistas no dejaban margen al delito, algunos colonos escribieron los monarcas acusándole de que no les dejaba tener esclavos, que les hacía labrar las tierras, les obligaba a construir sus casas y no les dejaba margen de ganancia en los intercambios de productos. Y que si todo seguía así, esto sería su ruina, porque ellos habían ido a aquellas tierras a enriquecerse y no a trabajar en esas condiciones. Este es un aspecto totalmente silenciado. No por la censura, sino por la falta de conocimiento que tenemos de aquella época y de aquellos hechos. Si a todo ello añadíamos que la Corona destituyó Colom en 1495 y se lo hizo encerrar acusándolo de crímenes de lesa majestad, podremos darnos cuenta con mucha más nitidez de que, entre que se embarca en Barcelona en el segundo viaje y llega al Nuevo Mundo, en noviembre de 1493 y es detenido a mediados de 1495, no ha pasado apenas un año y medio. ¿Y durante este año y medio se le quieren atribuir todos los crímenes que ha habido en América desde entonces hasta nuestros días?

Se quiere convertir en un símbolo de criminalidad y esclavismo un hombre que luchó por las libertades y la justicia de Cataluña, que puso su vida en peligro guerreando más de diez años contra Juan II, que le fueron confiscados los bienes, que tuvo que vivir en el exilio por razón de su actitud revolucionaria? [...]


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