19.7.14

[REFLEXIÓN] Open innovation y diálogo con stakeholders

La innovación responsable no sólo debe basarse en la técnica científica o los procesos de innovación abierta, sino que requiere unos compromisos de equilibrio en el juego de intereses, anteponiendo siempre la calidad, la seguridad, y la salud; y requiere también un diálogo con los grupos de interés en un marco de transparencia.

La Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas propone la creación de un consorcio para dar impulso a la innovación en el sector. Esta iniciativa sería una spin off que surge de la Plataforma Food For Life Spain, impulsada por la Federación hace más de siete años, similar a las promovidas por la Comisión Europea en su política de Innovación de aquí al año 2020, entre las que destacan Spire (Diseñando la fábrica del futuro) o la de Bioenergía.

Como consumidor, cada vez que siento a hablar de innovación en este sector tiemblo. Y es que el afán por conseguir unos productos con mayor penetración en el mercado lleva a la industria a cometer errores que terminan perjudicando la salud de los consumidores.

Un ejemplo reciente interesante hace referencia a Danone y sus yogures con dióxido de titanio. Hace un mes, una ciudadana estadounidense lanzó una petición en la red para pedirle a esta multinacional que no añada TiO2 al yogur tipo griego, unas nanopartículas que se utilizarían para potenciar la blancura de los yogures. El TiO2 es un aditivo alimentario que podemos encontrar en las etiquetas identificado como E171. A parte de los riesgos potenciales que se asocian al dióxido de titanio, la estadounidense Kristi Arnold se queja ante Danone que "no tenemos necesidad de que los yogures sean más blancos". La autora de la iniciativa suplica a la industria alimentaria para que "dejen de contaminar nuestros yogures con metales inútiles".

Dentro del Marco Estratégico para la Industria de Alimentación y Bebidas impulsado en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, FIAB identifica como uno de sus retos el desarrollo de plataformas conjuntas para la creación de alianzas estratégicas que favorezcan la innovación entre empresas, incluso del mismo sector (open innovation).

Interesante que se planteen introducir mecanismos de innovación abierta, pero que no olviden el diálogo con los grupos de interés. Los consumidores queremos decidir sobre lo que afecta a nuestra salud, y las grandes empresas deberían comprender que forma parte de su responsabilidad social.

Volviendo a la iniciativa de la que hemos informado, el objetivo manifiesto es acceder a recursos públicos, los fondos de ayudas a la innovación disponibles. Además, se manifiesta una intención de facilitar el acceso a las pequeñas y medianas empresas agroalimentarias a la financiación de proyectos innovadores. Espero que las pymes del sector adopten iniciativas de innovación más sostenibles y responsables. Las grandes empresas del sector suelen vivir en otro mundo, donde prevalecen los intereses del capital, demasiado por encima de los intereses de los consumidores. Sin un equilibrio entre los diferentes intereses se rompe la confianza; sin un equilibrio ético entre los diferentes intereses no hay responsabilidad social ni creación de valor compartido.

El sector se encuentra en un contexto de gran competencia, en un entorno internacional con una presión cada vez mayor y más sofisticada. Por eso ha optado, como es normal, por el desarrollo de la innovación y la tecnología de la industria en aquellos ámbitos que afectan directamente a la competitividad: productos, manufacturas y transformación y creación de valor añadido. Ahora sólo sería necesario que la manera de hacerlo fuera con un criterio de RSE.