Si hablamos de la responsabilidad social de la escuela, es decir, no la que le asigna la ley, tenemos que referirnos a aquélla que la escuela asume ante de la socitat como parte de un compromiso que va más allá de las normas administrativas, un compromiso con la comunidad y con la humanidad, que intenta ayudar a modificar actitudes básicas y mejorar la comunidad donde está ubicada y los valores sociales no acordes con la necesidad de sostenibilidad del planeta.
Ya hace tiempo que algunas escuelas forman parte de redes interesantes, como la Xarxa (red) d'Escoles Verdes (promovida desde hace años por el Departament de Medi Ambiente), la Agenda 21 escolar, o la Xarxa (red) d'Escoles Compromeses, entre otras.
También hay escuelas que particularmente dentro de su proyecto educativo toman ciertas opciones especialmente significativas y que muestran una especial responsabilidad hacia la sociedad. Por ejemplo, la escuela Projecte (Barcelona) acoge niños con algunas enfermedades que en otras escuelas no querrían. Por ejemplo, los que sufren hemofilia, lo que implica tener un servicio de enfermería permanentemente en la escuela.
Más habitual, pero igualmente importante, muchas escuelas promueven el conocimiento del comercio justo y, por supuesto, buenas prácticas ambientales. Podemos sugerir ver algunos materiales como los que se encuentran en esta revista sobre educación y sostenibilidad (en catalán).
Lo que ya no es tanto habitual es que las escuelas se planteen de veras corregir las actitudes de padres y madres. Incluso afirmaríamos que se ha producido un retroceso en esta vocación. Seguramente bastante cuesta hacer entender a algunos padres y madres que no pueden pretender que la escuela asuma en solitario todas las responsabilidades educativas sobre los niños...
Es por eso que queremos destacar el hecho de que una escuela (Escola Ítaca, de Barcelona) haya enviado una carta con estas palabras a las familias:
"¿Vuestros hijos miran los programas de televisión que quieren? ¿Dejáis que reciban cualquier tipo de mensaje? ¿Qué valores está adquiriendo un niño de 7 o 8 años que está jugando con cromos de cuerpos absolutamente falsos y dopados y que lo que hacen es pelearse"?. Las cuestiones que formula la misiva no dan lugar a la indiferencia. "¿No creéis que se tienen que valorar con espíritu crítico las influencias externas que reciben a vuestros hijos? ¿Queréis ser los partícipes en la educación de vuestros hijos, separando lo que es bueno y lo que no, o creéis que todo es válido"?.
No es habitual que la escuela asuma este liderazgo y se plantee incidir en las actitudes familiares haciendo frente de manera directa. ¡Asumir este reto es obviamente una responsabilidad social, y que podría no encontrar una buena respuesta por parte de toda la comunidad educativa! Es un riesgo que asumen. Seguramente una carta no es bastante significativo, y suponemos de debe haber mucho más. Pero lo que vemos en esta carta es una plasmación de un acto valiente. El coraje que requiere asumir unas responsabilidades que nadie te pide que asumas pero que sabes positivamente que será positivo para la comunidad y finalmente para ti mismo.
Situando esta reflexión en el terreno de lo que tiene que ser un Territorio Socialmente Responsable, no podríamos entender un TSR sin una implicación de todos los actores, y la escuela, la comunidad educativa, es uno más. Puede y tiene que asumir una gestión de su responsabilidad con el fin de ser ejemplar en temas ambientales, sociales, etc. Y sobre todo puede ser un actor muy relevante en la aportación de hábitos de sostenibilidad a los niños y niñas y también a los padres y madres.
Fuente de la cita: El Periódico: Una escuela erradica la lucha libre tras apelar en la conciencia paterna
Nota: pueden ver la entrevista (en catalán) hecha por la revista de l'Escola Projecte a Josep Maria Canyelles, en calidad de padre, sobre temas de Responsabilidad Social. La primera parte fué hecha por niños y la segunda por la asociación de padres y madres.
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