2.12.15

Carles Campuzano: las directivas europeas obligarán al Estado a decidir la importancia que da a la RSC


  • Este lunes tuvo lugar una encuentro con Carles Campuzano, organizado por Responsabilitat Global, para hablar de las perspectivas de la Responsabilidad Social desde las políticas públicas.
  • Un grupo de 22 personas expertas en RSC, de empresas, administraciones y consultores, pudieron dialogar con el diputado sobre los retos en el desarrollo de este enfoque de gestión.
Carles Campuzano, presentado por Josep Maria Canyelles, inició el encuentro con una presentación sintética sobre cuáles son las oportunidades que se abrirán para la RSC en la próxima legislatura. En concreto, anunció que próximamente habrá que abordar la transposición de la directiva europea de transparencia, que obligará al Estado a decidir si opta por un modelo más restrictivo o bien uno más amplio respeto que sean las empresas que tengan que estar sujeto a la obligación de transparencia en indicadores no financieros. Para el diputado convergente, este será un debate relevante en la política de RSC, y que junto con el paso que hizo la CNMV de introducir con fuerza la RSC dentro del código de buen gobierno, supone llevar este enfoque de gestión a un estadio superior. En el mismo sentido, la transposición de la directiva europea de contratos del sector público abrirá la posibilidad de dar un salto en la introducción de cláusulas que refuercen la RSC en la compra y contratación pública. Al margen del proceso de desconexión de Cataluña, en los próximos meses estos son debates que habrá que abordar y donde el diputado de CDC querrá aportar su visión experta y dialogada con el sector.

Uno de los temas sugerentes que introdujo fue sobre la posible creación de una fórmula jurídica híbrida o de reconocimiento formal de la opción para crear valor económico y social. De hecho, ya hace tiempo que estuvo trabajando para reconocer Sociedades Limitadas de Interés General, que sin ser una nueva figura jurídica tuviera ventajas fiscales. También indicó que una de las primeras cosas que tendrá que hacer el nuevo gobierno cuando abra la carpeta será decidir qué hace con el CERSE, organismo sobre el que se mostró distante y que ha tenido unos resultado migrados, si bien considera que esta tipo de entes de diálogo formal entre el gobierno y el sector alguna influencia siempre acaban ejerciendo aunque sea a un plazo medio por la vía de la creación de opinión.  
Previamente había hecho una valoración sobre los cuatro años que dejamos atrás, lamentando pobreza de las políticas que el gobierno español ha promovido sobre la materia, indicando que el Plan se puede valorar como poco más que correcto, y que respecto a las medidas de estímulos tampoco hay nada que destacar. En resumen, no se puede decir que la carpeta de la RSC haya quedado cerrada por el gobierno pero en todo caso no ha habido ningún esfuerzo remarcable para desarrollarla.  
A continuación se produjo un debate con los participantes, con intervenciones sobre la economía social, la responsabilidad social del propio sector público, o las cláusulas sociales. También lamentó que no encuentra ningún otro diputado sensible al RSC más allá de que a alguien se le asigne este contenido para alguna acción parlamentaria, echando de menos la época en que Jáuregui suponía un aliado comprometido al PSOE y Azpiroz al PP.


Campuzano, con el apoyo de Responsabilitat Global, se comprometió a volver a reunirse con los interesados ​​para hacer un seguimiento y desarrollar ideas en torno a las políticas públicas de RSC. Responsabilitat Global agradece a Carles Campuzano su accesibilidad y voluntad de diálogo. Carlos es el diputado que mejor ha entendido y ha defendido la Responsabilidad Social de las Empresas, y después de unas cuantas legislaturas en el Congreso, también es uno de los diputados más valorados por la calidad de su trabajo y su sensibilidad social, como le han reconocido a menudo muchas organizaciones, al margen de cuál sea la ideología de cada uno. 
El encuentro tuvo lugar en la asociación ACIDH 
También queremos agradecer su acogida a la asociación ACIDH, una entidad social con más de 20 años que educa, divierte, cuida, acoge, forma y protege a las personas con inteligencia límite (IL). Su gerente, Eduard Ballester, nos dio la bienvenida e hizo una presentación de esta entidad de utilidad pública al servicio de las personas con IL y discapacidades psíquicas leves. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de estas personas, que afectan entre el 1% y el 1,5% de la población, ofreciendo una atención integral personalizada, y conseguir su plena integración, potenciando capacidades, derechos, igualdad de oportunidades y luchando contra su exclusión social. Se trata de personas que pasan desapercibidas dado que no presentan rasgos físicos evidentes, lo que los sitúa en situación de alta vulnerabilidad y riesgo de exclusión social.  
Las personas con inteligencia límite (IL) no llevan escritas en la cara las dificultades que las hacen socialmente vulnerables. A primera vista, pasan desapercibidas, pero los déficits se detectan en la capacidad adaptativa al menos en dos de las siguientes áreas: comunicación, cuidado personal, vida doméstica, habilidades sociales / interpersonales, utilización de los recursos comunitarios, autocontrol, habilidades académicas, trabajo, ocio, salud y seguridad. La diversidad es un trazo principal del boceto del colectivo. Cada persona con IL, como todo el mundo, independientemente de su coeficiente intelectual, tiene unas necesidades determinadas. Los apoyos que requieren para vivir de manera autónoma y, por tanto, no responden a un patrón homogéneo, reproducible en cualquier persona con IL. No tener unos rasgos físicos que evidencien la IL hace habitual el sentimiento de incomprensión entre las personas del colectivo, a veces por parte de la misma familia, profesionales y el resto de la sociedad. La IL supone, entre otros, lentitud en el proceso de aprendizaje y un desfase entre la edad cronológica y la mental, una disonancia de capacidades e intereses respecto a personas de la misma edad, que se acentúa a partir del adolescencia. De aquí surge el reto de la identificación precoz para poder acompañarlas desde la infancia y evitar que caigan en las listas de fracaso escolar, con la frustración que conlleva.