12.7.15

Médicos vinculan el cáncer de un pueblo argentino a los agroquímicos mientras aquí se fomentan en anuncios para uso doméstico

Un grupo de profesores de Medicina de la Universidad de Córdoba, Argentina, detectó en un pueblo agrícola de esta provincia, Monte Maiz, a 440 kilómetros al oeste de Buenos Aires, que las tasas de incidencia del cáncer y otras enfermedades triplican las medias provincial y nacional. Advirtieron que el pueblo circulan por año 600.000 litros de glifosato, un herbicida utilizado en las plantaciones de soja transgénica, y que son depositados en los 22 almacenes distribuidos por el pueblo. Este mes, la OMS ha advertido que "hay pruebas convincentes de que los glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos". En Monte Maiz se planta soja, maíz y trigo. [El País: Los médicos relacionan el cáncer de un pueblo argentino a los agroquímicos]

Justamente hace unas semanas la Televisió de Catalunya (TV3) emitía un anuncio de glifosato destinado a usos domésticos y de jardinería. Lo recordarán fácilmente: unas gotas del producto sobre las malas hierbas y ya no nacen nunca más.

El glifosato es un herbicida no selectivo y sistémico muy utilizado. Obtenido por la compañía Monsanto con el nombre comercial de Roundup pero la patente caducó en 2000 y ahora se comercializa también con otros nombres para muchas compañías. Por ingeniería genética se ha introducido, a iniciativa de Monsanto, un gen en plantas cultivadas que las hace resistente a este herbicida que afecta si entra en contacto tanto a las malas hierbas como al cultivo. Con la resistencia introducida ya se pueden rociar los cultivos y las malezas al mismo tiempo y el cultivo queda desherbado fácilmente. La forma de actuación del glifosato es inhibir la capacidad de sintetizar los aminoácidos aromáticos de las plantas. Penetra en la planta por las partes verdes y el herbicida se distribuye en todo el vegetal hasta las raíces.

Uno de los principales argumentos para estar en contra de los transgénicos agrícolas es su vinculación con los herbicidas. El 75% de los transgénicos agrícolas que se están plantando hoy en día se utilizan junto con el herbicida -el glifosat- por lo que son tolerantes. Este herbicida es mucho más peligroso de lo que se ha querido mostrar inicialmente, y no sólo se utiliza en los cultivos transgénicos sino que también se utiliza para múltiples usos agrícolas y también en jardinería. Desde Som el que Sembrem llevan a cabo una campaña para sensibilizar sobre el riesgo de usar este herbicida, y el uso de pesticidas en general.

Véase la nota de prensa de Som el que mengem (somos lo que comemos) pidiendo entre otras la retirada del anuncio de TV3.