26.5.20

[ARTÍCULO] Abordaje inteligente de los ODS por las Pymes

  • Un abordaje empresarialmente inteligente nos permite crear valor múltiple en una sola acción: desarrollo humano de las personas, contribuir al desarrollo sostenible de nuestro entorno, fortalecer la cohesión social, mejorar el clima interno y la capacidad de trabajo en equipo, desarrollar visión de empresa y gestionar los valores corporativos. Y sobre todo contribuir a generar positividad dentro y fuera de nuestras paredes.

Abordaje inteligente de los ODS por las Pymes

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcan el gran reto colectivo para el 2030 y afectan no sólo a gobiernos o a empresas multinacionales. Naciones Unidas apela a todas las organizaciones y también a la ciudadanía a hacerse sus este reto necesario para garantizar la supervivencia de la humanidad.

El liderazgo empresarial es imprescindible para alcanzar los ODS y ello requiere que el 95% del tejido empresarial que suponen las pymes se hagan suyo este reto. Es posible transformar la economía y los mercados para que integren el desarrollo sostenible si las empresas evolucionan hacia un nuevo modelo de generación de valor concebido para crear simultáneamente valor económico y valor social, es decir, que vincule la rentabilidad económica con la generación de impactos sociales y ambientales positivos para las personas y el Planeta.
Las pymes pueden encontrar en el reto de la Agenda 2030 una hoja de ruta con las tendencias que marcarán el futuro para una correcta gestión de riesgos y oportunidades. Previamente deben salir del lenguaje técnico usado en estos documentos y trasladar el sentido de los objetivos a la lógica empresarial así como al contexto local.
Algunas organizaciones se limitan a identificar buenas prácticas que ya llevan a cabo y vincularlas a cada uno de los 17 objetivos. Es un enfoque meramente comunicativo y que puede ayudar a poner en valor los ODS pero que no aporta nada nuevo a la humanidad y poco para la empresa. Alternativamente, proponemos dos líneas de acción.
1) En primer lugar, que la empresa identifique aquellos pocos ODS en los que puede hacer una aportación singular y relevante. Qué minimización significativa puede hacer de sus impactos negativos fruto de su actividad productiva, o qué maximización relevante puede hacer de sus impactos positivos. Una empresa que cree riqueza que revierta de manera equitativa en los grupos de interés y en el territorio, y que genere empleo de calidad, o que haga una apuesta por un sistema productivo basado en la economía circular o un modelo organizacional centrado en el empresa saludable pueden ser ejemplos interesantes.
2) Pero en segundo lugar, y no menos importante, debemos abordar la cultura interna y la implicación de las personas. El cambio es necesario y urgente: es necesario que vinculemos los ODS, que son para la humanidad, a unos objetivos internos de gestión del cambio. El reto de los ODS no debería quedar en cosmética sino una oportunidad para usarlos de inductor del cambio interno favoreciendo un sentido de empresa más visionaria, guiada por valores, con equipos humanos motivados y abiertos al cambio, y sensible a las demandas que la sociedad pone sobre la mesa y con capacidad, si es necesario, de hacer activismo empresarial para contribuir a marcar tendencias sostenibles en el mercado.
Una forma interesante de facilitar el empoderamiento de las personas de los equipos internos -¡y no solamente sensibilizarlas!- es promover que adopten compromisos fuera del ámbito laboral. Desde hace unos años hay empresas grandes que fomentan el voluntariado corporativo como una forma complementaria de impulsar el desarrollo personal, haciendo que las personas puedan descubrir otras realidades y tener que ponerse en roles impensables en su vida cotidiana, desarrollando valores de carácter social.
Otra manera innovadora y muy orientada es invitarles a convertirse Vecinos Positivos, en el marco de una iniciativa sin ánimo de lucro que pretende que los ciudadanos contribuyan a los ODS de una manera modesta y práctica a partir del reto de desarrollar Edificios Positivos, comunidades donde las personas puedan vivir positivamente la experiencia de ser vecinos y vecinas. Hacer un grupo de trabajo dentro de la empresa con este reto permite apoderarse las personas, activarlas desarrollando habilidades sociales, comunicativas y de liderazgo, permite mejorar el entorno comunitario de las personas y al mismo tiempo genera un retorno por la propia empresa, en la medida que las personas se hacen suyos los retos de desarrollo sostenible a la vez que el proceso les permite interiorizar el sentido empresarial de la responsabilidad social.
Los ODS nos hablan de grandes retos en cuanto a Personas, Planeta, Prosperidad, Paz y Partenariados (las 5 P) pero es cuando los traducimos en actitudes simples para nuestra vida cotidiana que se pueden interiorizar, y las empresas pueden ser desde de ahí la gran palanca de cambio.
Un abordaje empresarialmente inteligente nos permite crear valor múltiple en una sola acción: desarrollo humano de las personas, contribuir al desarrollo sostenible de nuestro entorno, fortalecer la cohesión social, mejorar el clima interno y la capacidad de trabajo en equipo, desarrollar visión de empresa y gestionar los valores corporativos. Y sobre todo contribuir a generar positividad dentro y fuera de nuestras paredes.
Edificios Positivos es una iniciativa de TSR, cooperativa de iniciativa social sin ánimo de lucro, que pretende vivir positivamente la experiencia de ser vecinos y vecinas, abordando todo lo que se puede hacer en materia de convivencia, civismo y espíritu colaborativo así como en salud, calidad ambiental, soledad de las personas, eficiencia energética, y muchos otros retos que sólo se podrán abordar desde la implicación ciudadana.
Josep Maria Canyelles, presidente de TSR Territorio Socialmente Responsable