25.9.11
Recuperemos la sencillez de la intuición
#RespGlobal .
La incapacidad para prever la crisis tiene algunas lecciones prácticas. Una es que confiamos tanto en los indicadores elaborados por unos expertos que hemos desaprendido a confiar en nuestra intuición.
Los indicadores se han convertido en nuestra interfaz para entender el mundo, y cuando los indicadores están mal diseñados nos convertimos en ciegos ante lo que sucede a nuestro alrededor.
Continuamos sabiendo que el PIB no explica el valor que crea un país, pero nos lo creemos acríticamente. La llamada a recuperar la sencillez de la intuición no significa renunciar al uso de indicadores, ya que éstos son básicos para una correcta monitorización, pero el sentido común de las personas debe pasar por delante de la interpretación mecánica y las seguridades dogmáticas.
La agregación de indicadores, como el empaquetamiento de productos financieros derivados, da lugar a un entorno de información sin conocimiento, a un cripticismo al alcance de pocos exegetas.
Cuando encima se elabora un constructo ideológico, obtenemos el modelo dictatorial propio de la sociedad de conocimiento, suave e imperceptible, con formas democráticas y con imposiciones racionales y razonables.
Si los sueños de la razón producen monstruos, la ideología de los indicadores produce dictaduras de peluche.
Nota: esta reflexión de domingo por la mañana ha sido publicada en Jornal.cat (en catalán)
PD: "Lo que hizo perder la credibilidad a los economistas como grupo fue confundir la estética de los números con la realidad económica" Krugman
La incapacidad para prever la crisis tiene algunas lecciones prácticas. Una es que confiamos tanto en los indicadores elaborados por unos expertos que hemos desaprendido a confiar en nuestra intuición.
Los indicadores se han convertido en nuestra interfaz para entender el mundo, y cuando los indicadores están mal diseñados nos convertimos en ciegos ante lo que sucede a nuestro alrededor.
Continuamos sabiendo que el PIB no explica el valor que crea un país, pero nos lo creemos acríticamente. La llamada a recuperar la sencillez de la intuición no significa renunciar al uso de indicadores, ya que éstos son básicos para una correcta monitorización, pero el sentido común de las personas debe pasar por delante de la interpretación mecánica y las seguridades dogmáticas.
La agregación de indicadores, como el empaquetamiento de productos financieros derivados, da lugar a un entorno de información sin conocimiento, a un cripticismo al alcance de pocos exegetas.
Cuando encima se elabora un constructo ideológico, obtenemos el modelo dictatorial propio de la sociedad de conocimiento, suave e imperceptible, con formas democráticas y con imposiciones racionales y razonables.
Si los sueños de la razón producen monstruos, la ideología de los indicadores produce dictaduras de peluche.
Nota: esta reflexión de domingo por la mañana ha sido publicada en Jornal.cat (en catalán)
PD: "Lo que hizo perder la credibilidad a los economistas como grupo fue confundir la estética de los números con la realidad económica" Krugman
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