31.5.11

El nuevo diccionario de la RAH exalta la figura del dictador Franco

¿Alguien se puede imaginar que hoy en Alemania una gran obra académica financiada con recursos públicos calificara Hitler como un patriota quizá ligeramente autoritario? ¿Y a Willy Brandt como dictador? En España sí es posible y no pasa nada.

En la gestión de la responsabilidad social a menudo no se consideran suficientemente los aspectos relacionados con valores sociales como la calidad democrática o la gobernanza. Estos afectan a cualquier empresa u organización y deberían tener una mayor preeminencia.

Cuando nos referimos a un organismo público, esta exigencia debería ser aún mayor. De hecho, para un organismo público en un estado democrático la exigencia de una valores sociales democráticos y fomentadores de la gobernanza deberían ser materia obligada, de ley. En ausencia normativa, dejadez política, o en los límites legales, es sin duda la gestión de la responsabilidad social lo que debería permitir enderezar el mal gobierno de algunos entes.

El caso al que nos referimos es sobre el nuevo Diccionario Biográfico Español, una obra monumental de la Real Academia de la Historia (RAH), que incluye una hagiografía del Generalísimo Franco y desvirtúa los acontecimientos que provocaron la Guerra Civil.

La obra también afirma que el presidente español Aznar perdió las elecciones porque el PSOE se aprovechó del desastre del 'Prestige'. Algunos historiadores califican de "insulto" y "vergüenza" que la ideología franquista se cuele a una obra de la Real Academia de la Historia. La edición ha costado 6,4 millones de euros, que se han financiado con fondos públicos del Ministerio de Educación que encabeza Ángel Gabilondo, y fue impulsada por José María Aznar en 1998.

Algunos historiadores consultados por Público lamentan el carácter poco científico del texto y califican de "insulto" y "vergüenza" que la ideología franquista se cuele a una obra de la Real Academia de la Historia. Los expertos reclaman la retirada de un diccionario que no es más que una recopilación de ideas del pensamiento fascista y nacionalista español.

Una institución marcada ideológicamente

La Real Academia de la Historia es una institución pública creada por Felipe V de Castilla (IV de Aragón), el rey que abolió las libertades y el régimen constitucional de la nación catalana. Sus miembros se eligen por cooptación, de manera que puedan mantener la unidad de pensamiento con respecto tanto a sus posicionamientos conservadores como al nacionalismo español que impera. No es extraño, pues, que la tergiversación histórica haya sido una constante en este organismo, perjudicando los sectores progresistas por un lado, y todo lo que huela a catalán por el otro.

Hay que decir que hace unos años, este mismo organismo  -¡que no es suficientemente consciente de que hace 35 se produjo un cambio de régimen!-  se posicionó en contra de que en las escuelas catalanas se explicara la historia de Cataluña y no la de la España unida. ¡La imperial, vaya!

El Diccionario es repleno de reseñas redactadas por historiadores cercanos al franquismo. El propio director de la Academia, Gonzalo Anes, apoyó en su momento la polémica subvención que el Gobierno de Aznar le concedió a la Fundación Francisco Franco y que despertó las críticas desde diversos grupos del Parlamento. Ahora el director del organismo no comprende cómo puede haber gente que exprese estas críticas por un par de adjetivos sin valorar las 50.000 páginas de la obra, como si la historia se valorara a peso!

Se da la circunstancia de que el autor del artículo sobre el general Franco, Luis Suárez (Gran Cruz del Mérito Militar) es patrono de la Fundación Francisco Franco, miembro del Opus Dei y presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos.

Por otra parte, siguiendo la misma línea editorial, el diccionario se califica de dictador al presidente republicano Negrín. Así lo hace Carlos Seco Serrano que ocupa el cargo de censor en la Real Academia de la Historia. El tesorero de la Academia es José Ángel Sánchez Asiain, un empresario no historiador que fue secretario general técnico al Ministerio de Industria durante el franquismo.

No hay que olvidar que la censura y la tergiversación de la historia ha sido un tema de gran envergadura. Por supuesto que siempre y en cualquier lugar los vencedores escriben e imponen su versión. Pero la magnitud de lo que ha acontecido en la Península ibèrica en los últimos cinco siglos quizá no tiene parangón, incluído el engaño planificado sobre el Descubrimiento de América.

¿Y ahora qué?

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, confía eque la RAH revise las entradas que "no se ajustan a la realidad", en unas declaraciones donde la relevancia del tema ha quedado disminuida porque la ministra también ha querido introducir otras cuestiones como la poca presencia de mujeres en las entradas del diccionario. Sin desmerecer esta constatación, hay que decir que no se pueden poner al mismo nivel las dos observaciones.

A quién le queda la patata caliente también es al vicepresidente Rubalcaba, apenas presentado en sociedad como presidenciable. Por cierto: sobre la relación entre España y Cataluña, Rubalcaba ha reconocido que es 'compleja' pero ha afirmado que sabe como 'resolverla' . Y para ello, ha pedido, unos meses '. Estará muy bien que explique cómo resolverá en unos meses un conflicto con 500 años de historia, pero ahora ya tiene sobre la mesa una primera prueba para ver cómo lo hará. Los catalanes sabrían valorar que el estado español optara por una profundización democrática.

Nota: publicado en catalán en Jornal.cat

1 comentaris:

Anònim ha dit...

arriba españa y viva Franco