29.3.10
Los diputados y diputadas tendrán un período de sesiones más largo para aparentar mejor
Esta solución cosmética no aborda el fondo de la cuestión
Si una empresa no se quiere meter en RSE que no se meta, pero entonces que no intente apuntarse medallas que no le corresponden. Este parece un punto de vista razonable ante las empresas que sólo nos quieren vender imagen. Y es que cuando alguien nos intenta dar gato por liebre, en el campo de la RSE, puede ocurrir que le salga el tiro por la culata ya que los engaños se pueden pagar más caros.
La sensación de actuar sólo ante las críticas sociales y no según unas razones y convicciones la tenemos a menudo, pero no sólo ante las grandes empresas. El sector público también nos da motivos. Y como la ética debería ser más exigible, tanto por los valores públicos, la coherencia del discurso y la ejemplaridad ante la sociedad, queremos hacer ahora un breve apunte crítico hacia una medida controvertida.
EL CONGRESO Y EL SENADO sólo cierra DURANTE EL MES DE AGOSTO. Los diputados acogen la pérdida de vacaciones con escepticismo . Los parlamentarios alegan que en enero y julio cuidan sus circunscripciones.
No negamos que para mucha gente la noticia puede parecer positiva, ya que la sensibilidad hacia la política es altamente crítica y cuando se ve que el hemiciclo es hemivacuo, o sea medio vacío, es fácil pensar que muchos diputados y diputadas huyen de sus responsabilidades. Al mismo tiempo, el hecho de que los periodos de actividad parlamentaria tengan una duración marcada por la Constitución y que deje libres algunos meses donde los demás mortales curramos también causa una sensación no suficientemente positiva, y más en un periodo de crisis económica y de crisis de la política.
Pero la solución de convocar algún pleno extraordinario durante este periodo para evitar esta sensación no va al fondo de la cuestión, y no es más que una acción cosmética ante una crítica que no está bien fundamentada pero que tampoco se quiere rebatir. Que no haya sesiones no quiere decir que no trabajen ya que hay otras tareas que deben llevar a cabo además de estar en el Congreso. Y para cualquier diputado es tan importante estar allí haciendo valer sus puntos de vista como atender a los grupos de interés de su circunscripción para entender sus inquietudes, conformarse un punto de vista y dar respuesta a sus derechos legítimos.
Era más fácil explicar qué hacen sus señorías en los períodos y los tiempos que no se sientan en el escaño. Pero también era más comprometido porque puede suponer un paso hacia la transparencia y la rendición de cuentas. Pues aquí es hacia donde voy. Un sentido de RSE aplicado al mundo de la política parlamentaria debería comportar una capacidad de mostrar transparentemente cuál es el trabajo que hace cada diputado / diputada, cuántas reuniones mantiene con grupos de interés, cuáles son estos, etc.
Es decir, hacer más reuniones del Congreso o cubrir un periodo más amplio no aporta más valor ni a la ciudadanía, ni a su trabajo, ni el territorio, ni a la dignificación de la política. Es pura imagen que no aborda los problemas de fondo ni las razones subyacentes a la deslegitimación creciente. ¿Por qué los partidos y las cámaras no nos muestran unos indicadores aplicados a cada uno de sus miembros electos? Recuerdo que el vicepresidente Bargalló (en el gobierno 2003-2007) lo hizo (aunque sirvió para mostrar una agenda de relaciones públicas más bien limitada). Supone poner el político contra la realidad, pero no para acusarle de nada sino para rendir cuentas positivamente.
Por supuesto, habría que mirar cuáles son los indicadores, qué y cuándo se puede explicar (por seguridad, por confidencialidad). Sin duda, debe plantearse en positivo y de manera dialogada, que todo el mundo se encuentre cómodo, que los buenos políticos puedan rentabilizar su trabajo y su esfuerzo, y que los mismos partidos se encuentren en la tesitura de tener de purgar o justificar a los menos trabajadores.
Quizás no tengo suficientemente claros los indicadores. Tampoco lo he pensado mucho. Lo que sí tengo claro es que es posible y necesario. Lo que sí tengo claro es que las medidas que se toman son una patada adelante, para distraer y hacer pasar el tiempo. He querido estar crítico de la misma manera que lo fui contra algunas medidas igual de cosméticas sobre las propiedades de los cargos públicos:
27.1.10 No hago nada de las propiedades del diputado!
16.9.08 No hago nada de las propiedades de mi alcalde!
Nota: Este artículo se ha publicado en Jornal.cat
Si una empresa no se quiere meter en RSE que no se meta, pero entonces que no intente apuntarse medallas que no le corresponden. Este parece un punto de vista razonable ante las empresas que sólo nos quieren vender imagen. Y es que cuando alguien nos intenta dar gato por liebre, en el campo de la RSE, puede ocurrir que le salga el tiro por la culata ya que los engaños se pueden pagar más caros.
La sensación de actuar sólo ante las críticas sociales y no según unas razones y convicciones la tenemos a menudo, pero no sólo ante las grandes empresas. El sector público también nos da motivos. Y como la ética debería ser más exigible, tanto por los valores públicos, la coherencia del discurso y la ejemplaridad ante la sociedad, queremos hacer ahora un breve apunte crítico hacia una medida controvertida.
EL CONGRESO Y EL SENADO sólo cierra DURANTE EL MES DE AGOSTO. Los diputados acogen la pérdida de vacaciones con escepticismo . Los parlamentarios alegan que en enero y julio cuidan sus circunscripciones.
No negamos que para mucha gente la noticia puede parecer positiva, ya que la sensibilidad hacia la política es altamente crítica y cuando se ve que el hemiciclo es hemivacuo, o sea medio vacío, es fácil pensar que muchos diputados y diputadas huyen de sus responsabilidades. Al mismo tiempo, el hecho de que los periodos de actividad parlamentaria tengan una duración marcada por la Constitución y que deje libres algunos meses donde los demás mortales curramos también causa una sensación no suficientemente positiva, y más en un periodo de crisis económica y de crisis de la política.
Pero la solución de convocar algún pleno extraordinario durante este periodo para evitar esta sensación no va al fondo de la cuestión, y no es más que una acción cosmética ante una crítica que no está bien fundamentada pero que tampoco se quiere rebatir. Que no haya sesiones no quiere decir que no trabajen ya que hay otras tareas que deben llevar a cabo además de estar en el Congreso. Y para cualquier diputado es tan importante estar allí haciendo valer sus puntos de vista como atender a los grupos de interés de su circunscripción para entender sus inquietudes, conformarse un punto de vista y dar respuesta a sus derechos legítimos.
Era más fácil explicar qué hacen sus señorías en los períodos y los tiempos que no se sientan en el escaño. Pero también era más comprometido porque puede suponer un paso hacia la transparencia y la rendición de cuentas. Pues aquí es hacia donde voy. Un sentido de RSE aplicado al mundo de la política parlamentaria debería comportar una capacidad de mostrar transparentemente cuál es el trabajo que hace cada diputado / diputada, cuántas reuniones mantiene con grupos de interés, cuáles son estos, etc.
Es decir, hacer más reuniones del Congreso o cubrir un periodo más amplio no aporta más valor ni a la ciudadanía, ni a su trabajo, ni el territorio, ni a la dignificación de la política. Es pura imagen que no aborda los problemas de fondo ni las razones subyacentes a la deslegitimación creciente. ¿Por qué los partidos y las cámaras no nos muestran unos indicadores aplicados a cada uno de sus miembros electos? Recuerdo que el vicepresidente Bargalló (en el gobierno 2003-2007) lo hizo (aunque sirvió para mostrar una agenda de relaciones públicas más bien limitada). Supone poner el político contra la realidad, pero no para acusarle de nada sino para rendir cuentas positivamente.
Por supuesto, habría que mirar cuáles son los indicadores, qué y cuándo se puede explicar (por seguridad, por confidencialidad). Sin duda, debe plantearse en positivo y de manera dialogada, que todo el mundo se encuentre cómodo, que los buenos políticos puedan rentabilizar su trabajo y su esfuerzo, y que los mismos partidos se encuentren en la tesitura de tener de purgar o justificar a los menos trabajadores.
Quizás no tengo suficientemente claros los indicadores. Tampoco lo he pensado mucho. Lo que sí tengo claro es que es posible y necesario. Lo que sí tengo claro es que las medidas que se toman son una patada adelante, para distraer y hacer pasar el tiempo. He querido estar crítico de la misma manera que lo fui contra algunas medidas igual de cosméticas sobre las propiedades de los cargos públicos:
27.1.10 No hago nada de las propiedades del diputado!
16.9.08 No hago nada de las propiedades de mi alcalde!
Nota: Este artículo se ha publicado en Jornal.cat
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