25.4.13

La responsabilidad social de los colegios profesionales

El cinco de abril hice una conferencia sobre el sentido de la Responsabilidad Social ante los gerentes de los colegios oficiales catalanes, agrupados en el Associació Intercol·legial de Col·legis Professionals de Catalunya. Aporto esta reflexión sobre el papel importantísimo que pueden ejercer los colegios hoy en día.

Los colegios profesionales están integrados por las personas que ejercen una determinada profesión, con la finalidad de gestionar los intereses de los diferentes grupos de interés relacionados con la misma.  
Por un lado, estos organismos defienden los intereses de la profesión, y por ello ordenan, representan y defienden la profesión y los intereses profesionales de las personas colegiadas. Pero si se trata de corporaciones de derecho público, dotadas de personalidad jurídica propia, no es meramente para hacer abogacía y defensa de intereses sino que también tienen otras funciones de alto interés social como velar porque la actuación de sus colegiados responda a los intereses y a las necesidades de la sociedad en relación con el ejercicio profesional.  
Tanto para ordenar la profesión en un sentido de autorregulación como para asegurar su buen impacto social, los colegios también tienen por función garantizar el cumplimiento de la buena práctica y de las obligaciones deontológicas de la profesión.  
Algunas de estas profesiones agrupadas en colegios tienen un papel fundamental en la sociedad, para su funcionamiento armónico, para la actividad económica y la convivencia, para garantizar la confianza en las instituciones sociales. Son un elemento fundamental en la creación de capital social. Por esta misma relevancia que tienen estas profesiones y los profesionales que las ejercen, hoy los colegios todavía pueden asumir otro rol: fomentar el sentido de responsabilidad social de los profesionales, y de los despachos, agencias y empresas que desarrollan la actividad.  
No niego que el sentido de responsabilidad ante la sociedad y ante los diferentes grupos de interés afectados es implícita al propio sentido de los colegios. Ni quisiera menospreciar todo el compromiso que ya desarrollan en este sentido. Pero hoy la Responsabilidad Social Corporativa, Empresarial o de las Organizaciones (llámese como prefiera), ha devenido un enfoque de gestión sistematizado y con un reconocimiento internacional por parte de todos los agentes. Esto implica que no es suficiente con tener unos valores corporativos, personales o profesionales, o unos compromisos hacia la comunidad. Y que tampoco basta con disponer de una serie de buenas prácticas que mejoren el impacto.   
La RSC es un sistema de gestión orientado a la mejora permanente, que pretende asegurar el cumplimiento, y la capacidad de desarrollar una organización que observa, que dialoga, que aprende, que mejora, que encuentra las mejores prácticas, que innova, que crea confianza, que genera sostenibilidad... 
Los colegios pueden introducirla en su funcionamiento, operativo y estratégico. Y su desarrollo se puede concretar en códigos éticos, que son herramientas diferentes de los códigos deontológicos, en gestión de los valores internos, en introducción de criterios de compra, en criterios de buen gobierno y transparencia, en rendición de cuentas... La tangibilización de la RSC es conocida y se pueden mostrar ejemplos, pero lo más importante de la RSC a menudo no se percibe por los sentidos materiales porque forma parte del reino de los intangibles. En gran medida es un estilo, una cultura organizativa, un liderazgo, una alineación estratégica. Un modelo de empresa o de organización. Un modelo de colegio, también.  
Pero, además del desarrollo de la RS colegial, estos organismos pueden desempeñar una función de enorme valor social, como es el fomento de este enfoque de gestión entre sus colegiados y las empresas donde se encuadran. Los colegios pueden así hacer una contribución enorme a la conformación de un modelo empresarial apto para los retos que el siglo XXI nos plantea.  
Hay que tener en cuenta que la gran dificultad con que a menudo nos encontramos es la incomprensión de la RSC. Aunque una parte muy grande de la ciudadanía y de las empresas tienden a confundir este enfoque netamente empresarial con meras prácticas filantrópicas o con buenas prácticas de ecoefiència o de contratación de personas discapacitadas. A menudo alguna buena práctica o una suma de algunas se toma por el todo y se confunde con la RSC, perdiendo así todo el sentido estratégico y empresarial, y asociándolo más buenismo o cosmética.  
Todas estas confusiones también conllevan a menudo que haya quien crea que la RSC sólo corresponde a grandes empresas, y se pierde de vista que, de hecho, hay más pymes gestionando la RSC que no grandes empresas. De hecho, a veces podemos encontrar incluso quien considera que un emprendedor no es necesario hablar hay: que primero haga la empresa y crezca, y que cuando gane mucho dinero será el momento para ir a hablarle de la RSC. Esto ya sería el colmo de la incomprensión sobre qué es y qué sentido tiene la RSC. Si la RSC tiene un sentido estratégico y una vinculación al modelo de empresa, es en la fase inicial cuando estas orientaciones pueden ayudar más en la conformación del modelo de negocio.  
Por todo ello, los colegios pueden tener un papel muy relevante en el fomento y desarrollo de la RSC en Cataluña. Por su propia legitimidad y capacidad de creación de confianza, por un lado, y para ayudar a desarrollar actividades profesionales que integren la responsabilidad social como un atributo central.  
Desde Responsabilitat Global y ahora también desde Vector 5, durante muchos años he colaborado en iniciativas diversas de colegios profesionales, ya sea formando parte de comisiones, haciendo conferencias, haciendo cursos de formación, o coordinando la comisión de RS de la ACCID... Y también ayudando a pymes y microempresas a desarrollar su RSE. En el contexto en qué nos encontramos ahora como sociedad, como Planeta, como país, como economía, creo que hay que dar un salto adelante en la responsabilidad social de las empresas y organizaciones y que este salto sólo será posible si las pequeñas y medianas empresas y muy especialmente los profesionales apuestan de manera nítida y comprometida por unos modelos organizativos, un sistema productivo, y unas relaciones económicas más éticas y sostenibles. Me encantará poder ayudar!  
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