18.1.12

ASUS: cómo perder 100 clientes por menos de 1 euro

A veces olvidamos que la Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial empieza por aportar un valor adecuado a sus clientes, lo cual implica no engañar, no estafar, cumplir con lo prometido...

Pero la realidad nos muestra que algunas empresas, incluso las que están en sectores donde se les presupone modernidad, tienen actitudes ilógicas por la que merecerían quedar fuera del mercado. Tal como se cuenta, no parece tratarse de un error puntual sino una mala práctica premeditada.

ASUS: cómo perder 100 clientes por menos de 1 euro

per l'Antonio Arteaga el dissabte, 14 / gener / 2012 a les 11:39
Esta es la crónica, de mi experiencia personal y reciente, de cómo una multinacional acaba de perder al menos 100 clientes por no gastarse un dólar.
Voy a contároslo no con ánimo de atacar o "vengarme" sino para que todos aquellos que tengáis una empresa, trabajéis en una o seáis autónomos recordéis la importancia de cuidar al máximo los pequeños detalles, porque en uno de ellos puede radicar la diferencia entre ganar o perder cien clientes para toda la vida.

Hace 3 meses compré un ordenador portátil ASUS de última generación, el más potente (y caro) que vendían en una gran superficie donde afirman que el que compra allí no es tonto. Además pagué un dinero extra (30 euros) para extender 1 año la garantía de fábrica. Un ordenador tan caro lo merecía, y más porque lo necesito a diario y no puedo prescindir de él.

Pues bien, apenas dos meses después me encontraba viendo un video en Youtube en mi flamante portátil cuando escuché un "click" y vi cómo la tecla del 2 se salía de su sitio. Os pongo una foto para que veáis a qué me refiero:



Me quedé muy extrañado por la siguientes razones:
  • no estaba tecleando nada desde hacía varios minutos
  • el teclado era totalmente nuevo
  • llevo trabajando a diario con ordenadores casi 30 años y JAMÁS se me ha salido un tecla de su sitio
Le di la vuelta a la tecla y me encontré con lo que véis en la foto:



El problema estaba clarísimo: se había roto una de las dos pequeñas pestañitas de plástico blanco superiores que sujetan la tecla al teclado.
Evidentemente, dado que el teclado no había sufrido golpes ni uso indebido ni desgaste por el tiempo, debía ser un defecto de fabricación o de montaje, pero no le di mayor importancia: cambiar una tecla no podía ser un problema para un ordenador nuevo y con garantía.

Pues me equivocaba por completo... [continuar leyendo en facebook]