21.2.11

RSE aplicada: los medios de desinformación


  • Si queremos hablar de ética y RSE aplicadas a casos reales, aquí tenemos materia suficiente
  • Son conductas que no se pueden calificar, lo que hace falta es valorar como repararlas y sobre todo cómo evitar que se puedan reproducir


De las veces que hemos hablado de Responsabilidad Social vinculada a sectores de actividad, me parece que las que hacen referencia a los medios de comunicación destacan sobre las demás. Hoy mismo, hablando con una persona que quería hacer proyecto sobre RSE de este sector, me he tenido que mostrar pesimista: seguramente se trata de uno de los sectores donde aplicar la RSE debe ser más difícil. En todos los aspectos sacarían mala nota, ya sean sociales como de buen gobierno. Y lo peor de todo, no hay perspectiva de mejora porque no hay voluntad de hacer ningún paso. Salvando, lógicamente las excepciones. De hecho, las veces que hemos hablado de ello, lo hemos hecho tanto para destacar malas como buenas prácticas.


Hoy toca hablar de ello con motivo de un tema deportivo. La prensa deportiva... ¿quizás no es prensa? ¿Quizá no debería ser igualmente seria y socialmente responsable?


Como el tema del día trata sobre un presunto fuera de juego en el partido FC Barcelona - At.de Bilbao, jugado ayer, dejadme que os diga que me da igual si fue fuera de juego o no. De hecho, es posible que sí lo fuera. Pero este no es el tema, sino el enfoque por parte de algunos diarios deportivos.


Los hechos


Los diarios AS y MARCA han manipulado las imágenes del primer gol del Barça para demostrar que un jugador estaba en posición incorrecta. La manipulación de la información llega hasta el punto de utilizar el Photoshop para recrear jugadas sucedidas a lo largo del partido, y engañar al lector.
Añadamos todavía un ejemplo más de mala práctica relacionada con el uso del tratamiento fraudulento de imágenes: 

  • Hace un mes, el Col·legi de Periodistes de Catalunya denunció el diario Gol por hacer "desaparecer" a Joan Laporta en una foto. El colegio apelaba a la ética profesional denunciando que la "desaparición" de Laporta era un engaño al lector. 
En una mala práctica diferente, también podríamos referirnos -por su proximidad en el tiempo- a la actitud de los periodistas presentes en la rueda de prensa del entrenador del Girona.

Ética y responsabilidad


Los medios de comunicación  -las empresas y cada uno de los profesionales- tienen una gran responsabilidad ante la sociedad. La ejerzan con más o con menos sentido ético, con más o menos profesionalidad, la responsabilidad la tienen. 
El tema de los fuera de juego puede ser considerado una tontería: podemos considerar que sólo ha sido una mala práctica consistente en falta de profesionalidad inducida por el exceso de celo por unos colores. Podemos considerar que forma parte de una inocente obcecación deportiva. Y seguro que lo es si lo comparamos con el carácter xenófobo de lo que pasó con el entrenador del Girona!
Pero el caso de la manipulación de fotos es todo un indicador. Cuando un profesional ya ha traspasado la raya de la mentira, ¿cuál es el límite? ¿Por qué no se puede ir más allá? Si en una materia como la deportiva actúan así, ¿qué se puede esperar de algunos medios cuando aborden temas realmente relevantes? ¿No les preocupa la credibilidad o el fin justifica todo medio? 
Si nos centráramos en la materia de los colores deportivos, podríamos decir que hoy los inventores del villarato han perdido toda su credibilidad. Centrándonos en la deontología profesional, digamos que todos los integrantes de estos medios hoy han sido degradados en su reputación profesional. Centrándonos en las empresas, digamos que hoy con este pequeño retoque fotográfico han quemado una gran parte de su credibilidad.
¿Y ahora qué con estos periódicos?
Uno de los diarios se ha disculpado. ¿Es suficiente? Sería conveniente saber cómo se ha producido el error. Un error pasa por descuido, una persona no desaparece de una foto por descuido. Si alguien no toma responsabilidades, representa que todos los profesionales del medio están bajo sospecha ética. Si ha sido un trabajador, debería recibir como mínimo un expediente. Y si ha sido una orden directiva, quiere decir que este trabajador está dispuesto a aceptar una orden no ética. Entiendo que éste pueda poner por delante la seguridad laboral. Por eso las empresas deben tener un marco que establezca de manera clara que el compromiso social y ético prevalece y todos deben hacer cumplir por encima de los caprichos de un directivo desalineado .


Si este marco no existe  -y más en un sector de alto riesgo ético como el de la comunicación-  es que se acepta que cualquier manipulación es posible. Por ello, en un artículo anterior, dijimos que no hay que fiarse de los técnicos y técnicas a ciegas!


¿Y ahora qué con el tema del entrenador del Girona?


El conflicto motivado por la prensa aragonesa aún colea. El problema es más grave porque hay un sustrato xenófobo y porque no hay conciencia de haber actuado mal. Al cabo de unos días, las críticas surgen de Telemadrid y contra Pep Guardiola de una manera absurda y cargada de intolerancia. Sentimos un leve respiro cuando leemos que hay trabajadores de esta empresa pública que denuncian como sectaria, intransigente y retrógrada esta actitud.



Si queremos hablar de ética aplicada a la conducta corporativa y de Responsabilidad Social aplicada a las empresas, aquí tenemos una recopilación de casos excelentes, en las que el debate no es sobre cómo calificar las conductas sino cómo repararlas y sobre todo cómo evitar que puedan reproducirse.


Y por cierto, aunque alguien todavía no se haya dado cuenta, en un Estado como el español la gestión de la RSE tiene en los temas de respeto a las identidades una materia entre las más relevantes.

Nota: artículo publicado en Jornal.cat