30.7.06

La doble responsabilitat de l'Administració Pública

El reportatge "La doble responsabilidad de la administración" de Corresponsables (núm. 2, juliol 2006) ha estat elaborat amb les opinions d'experts. Reproduïm algunes de les aportacions de Josep Maria Canyelles per als lectors de Responsabilitat Global:


La implicación del ciudadano

[...] El consultor Josep Maria Canyelles coincide al apuntar hacia la falta de percepción, por parte de las empresas, de que el reconocimiento a las buenas prácticas existirá como uno de los principales obstáculos a superar en los países del Sur de Europa. Y se habla de un reconocimiento por parte del ciudadano, tanto para bien como para mal.

"Si los ciudadanos, en su múltiple dimensión de votantes, accionistas, personas asociadas, trabajadores, clientes... no reconocen a las organizaciones responsables, no conocen bien lo que es la Responsabilidad y, a través de mecanismos como la compra, no traspasan sus valores a actitudes concretas, la Responsabilidad difícilmente avanzará. La ciudadanía debe ir adquiriendo una mayor conciencia, que se refleje en su comportamiento; debe haber una introducción de criterios responsables, como está sucediendo en otros países", explica Canyelles.

‘Territorio responsable’

Pese a la idoneidad de que asuman el liderazgo en este proceso los niveles que se sitúan en el contexto de las regiones económicas, parece que la tendencia que se intenta implantar es la de impulsar la RSE desde los niveles más superiores de administración hasta los inferiores, desde los organismos supranacionales, pasando a los estatales, hasta llegar a los regionales- .

"Se están poniendo en marcha determinadas medidas que son competencia del Estado, pero hace años que se conoce el peso creciente de las economías regionales en el futuro de la competitividad mundial; y, de alguna manera, cuando se habla de Responsabilidad, se habla del desarrollo de la propia empresa y del fortalecimiento de su capacidad de adaptación a su entorno", comenta Canyelles.

Predicar con el ejemplo

Resulta evidente que, para que las iniciativas emprendidas por los poderes públicos en materia de RSE resulten convincentes para el resto de stakeholders, los primeros que deben ser responsables a nivel social deben ser las propias administraciones; lo que pasa inexorablemente -y según algunas fuentes- por una necesaria reforma del sector público y del modo en que está gestionando
este tema hasta la fecha.

La incorporación de la Responsabilidad Social en el seno de la propia administración pública es una elemento fundamental para superar algunas de las reticencias existentes en la actualidad. "La administración debe promover la Responsabilidad Social de las Empresas, pero no debe hacerlo desde una visión fiscalizadora ni desde una exigencia que no contemple los propios déficits", comenta Josep Maria Canyelles. Las mismas compañías a las que van dirigidas las iniciativas de impulso de la RSE exigen a los organismos públicos la misma adhesión a criterios de responsabilidad. Una adhesión que ya se ha iniciado, pero que tiene ante sí muchas posibilidades de mejora.

Por el momento, se están llevando a cabo actuaciones de aplicación interna de la RSE enel Ejecutivo, y el Plan Concilia es un buen ejemplo del modelo de actuación aplicado. Puestoen marcha para favorecer la conciliación de la vida personal y laboral de los funcionarios, se convierte también en un ejemplo para otras organizaciones, como ocurre también con la aplicación del Código del Buen Gobierno en la administración pública. El anteproyecto de ley de igualdad entre mujeres y hombres o la nueva ley de contratos del Estado, que posiciona a la administración en cuanto a que plantea exigencias de Responsabilidad Social para las empresas, potenciales proveedoras del Estado constituyen otras muestras de prácticas responsables.

No obstante, la realidad actual al respecto parece no coincidir todavía con el modelo que se persigue. “La administración debe reconocer que no se está trabajando lo suficientemente bien; y que gestionar bien este aspecto es una condición necesaria para ser más eficiente, obtener una mayor legitimidad ante todas las partes y que sea necesario este diálogo con los grupos de interés para progresar conjuntamente", afirma Canyelles.

Debe ser posible que todos y cada uno de los stakeholders reconozca el esfuerzo del resto en la apuesta por la Responsabilidad Social, y que sea posible crear alianzas estratégicas y de partenariado; que se pueda hablar en un territorio de la creación de capital social, y con un retorno de la inversión para todas las partes. Ésta es una la idea clave en cualquier proceso de RSE, que liga por un lado con el concepto de una empresa responsable que cuente con la legitimidad del ciudadano, pero que obtenga también un retorno de la inversión realizada durante el proceso, así como un reconocimiento por parte de todos los grupos de interés. Y ahí es donde todos los actores juegan un papel fundamental a la hora de reconocer las buenas prácticas, animando a las compañías protagonistas de las mimas a continuar trabajando en la misma línea, o castigar las negativas.